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lunes, 21 de septiembre de 2009

El pequeño universo

En el mundo de ditas todas las cosas son sencillas y tienen una explicación. Cuando no sabe algo, deduce la respuesta. Y si no puede deducir inventa. El avance de las ciencias es similar: ante el desconocimiento, se hace una suposición, se da por cierta, y se sigue adelante.

Ditas maneja un montón de información y siempre saca un resultado práctico de ella.

- Mamá, ¿Dios nos está viendo ahora mismo?

- Sí, nos ve a todas horas.

- Ah, claro, porque hay muchos, ¿no?

- No, para los cristianos solo hay uno, y el nos ve aunque estemos en la otra punta del mundo, lejos, lejos.

- ... ¿Es porque toma mucha zanahoria?

Eso es el efecto perverso de alabar las propiedades de las verduras...

A veces construye palabros al libre albedrío, y le salen cosas como que le encantan las cochinitas -bicho bola, para los que no las conozcan por cochinillas- "menos las envenenosas". O el día que me derritió el corazón:

- Mami... soy más feliz contigo que sintigo.

También está el mundo de las exclamaciones no soeces:

- ¡Cónchile!

- Ditas, ¿éso quién te lo ha enseñado?

- Nadie. Yo sola.

- ¡Pero si pareces una pueblerina... no digas cónchile!

- ¡Ostris!

- ¿Otra nueva?

- Como me has dicho que no diga cónchile...

Los animales desafían las leyes de la naturaleza en sus manos. Como el día en que yo limpiaba y me instaba a mirar su juego:

- Mira mami, había un koala volaaaando, volaaaando, fiiiu, fiiiiuuu...

- ¡Ditas, los koalas no vuelan; como mucho saltará!

- ¡Que nooooo, que sí que vueeeela!

- Vale, era un koala volador.

- Pues iba volaaaaando, volaaaando... y se encontró con un oso que hizo poooof, mira.

Me giro. Miro las marionetas. La miro a ella:

- Ditas, éso no es un koala, ¡es un murciélago!

- Aaahhh, claro...! Pues mira, iba un murciélago volaaaando, volaaaaando, fiiiu fiiiiiiu...!

Y qué más daría si lo importante era el castañazo que se metían...

Pero lo que me deja helada a menudo es su pragmatismo y su capacidad de lógica. Como un día en que la llama su primita por teléfono:

- ¡Hola Ditas! ¿Qué haces?

- Pues aquí, hablando por teléfono contigo...

O aquella ocasión en que no queríamos cocinar.

- ¿Ésto qué es?

- Son palillos chinos. Ésto lo cogen los chinos así, y se comen el arroz, ¿a que es chulo?

- Pero... ¿para qué los quieres? ¡Si nosotros no somos chinos!

Eeeerrr... nop. Y a ver quién contesta un argumento tan aplastante...

martes, 15 de septiembre de 2009

Los niños y los borrachos...

Ir con esta niña es un compromiso. Como madre, se sufre mucho, porque siempre supera las expectativas de cualquiera.

Por ejemplo, vamos en el autobús y le dice al conductor:

- ¡¡Claaaro, tú eres tan calvito tan calvito porque a los hombres se os cae el pelo!!

O delante de ese señor que se lo ha comido todo:

- Mamá, acabo de ver a un hombre embarazado...

A una señora de 1,55 metros y 70 años:

- Tú no eres tan grande, ¿no? ¿Cuando crezca me das tus tacones?

En la panadería la cosa se puso muy difícil:

- ¡Ditas! ¡Vamos a elegir un pastel!

- Pero...

- No, ven, ¡mira qué rico!

- Pero mami, es que...

- ¡¡¡Corre, ven!!!

- Es que...

- Que vengas y a callar.

- ¡¡Pero es que a ese hombre le faltaba una pierna!!

Al menos conseguí que el hombre no la viera agachada, cabeza abajo, buscándosela.

Otro día teníamos que visitar a una amiga:

- Ditas, ¿Te acuerdas que se murió el papá de mi amiga? Pues vamos a ir a ver a su mamá, para que se alegre un poco, que está triste.

- ¡¡Vale, y le digo que se ha muerto su marido!!

Afortunadamente no se lo dijo. Y afortunadamente algunas cosas sólo quedan en familia. Como el día en que acompañó a su tita Pan a un baño público. Como no se apoyaba en el inodoro, se quedó extrañada.

- Tita, ¿Por qué no te sientas?

- Pues -sonrió- ¡ea!

-...

-...

- ¡AH! ¡YA SÉ! - y añadió sonriendo y asintiendo con la cabeza - ¡porque no te cabe el cuulo...!

Mi hermana estuvo a punto de mearse fuera de la risa.

sábado, 24 de enero de 2009

Aquí por dentro

Ayer recogiendo a mi pequeño escarabajo del cole tenía un tajo en un dedo: un niño le había cortado media yema con unas tijeras.

Primera reacción:

¡¡Dónde está el niño que le voy a cortar un ojo!!

Segunda reacción:

¡¡¡¡¡Ayyyy, mi pequeña!!!!! ¡¡¡¡Qué penita!!!

Ya en casa la miraba y le decía:

- Tú no lo entiendes, a tí te duele en el dedito, pero yo te veo... y me duele aquí dentro - tocándome el pecho.

- Claro, en el espidi.

- ¿¿¿En el espidi??? ¿¿Qué es el espidi??

- ¡Pues lo de religión, lo que tenemos dentro, el espidi y tu santo!

A veces mi niña me deja muerta.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

El primo

Un gato tiene un primo de su edad. Corría el año 91 cuando se conocieron.Ella tenía granos y el culo más gordo aún. Él era rapper. La complicidad surgió enseguida, y ambos luchan hoy por borrar de sus cabezas la imagen de sí mismos en la pista de baile del Canadians haciendo arrastradas de pies y el baile del pollo con cosas como ésta:



Anoche se estuvieron tomando una caña juntos y recordaron aquellos tiempos. Y en contraste, hablaron de las últimas hazañas.

Un gato salió el domingo. Ya había perdido la cuenta de las cervezas cuando llamó a su hermana Pan:

- Oye, que luego iré en taxi y no me acordaré de la calle en la que viven ahora tus pedres... que era algo de música...

- Gato... calle LA ÓPERA, jajja, que estás escarchada.

- Juas juas, me acordaré de Monserrat Caballé y de Carreras.

Cuatro horas y media más tarde creo que al taxista le articulé "Albolote, por favor" y cuando pasó por la altura de la calle principal que yo controlaba, un socorrido "aquí mismico me puede usté dejar".

Al día siguiente, un gato (exactamente el que había salido la noche anterior) tuvo una resaca espantosa. Todo el día. De ésas de prometerle a su medre "ya no bebo más", mientras ella se moría de la risa.

El primo salió hace bastantes meses con Nando. Estaban en un sitio que se llama Mae West (o My way, que a saber, con el acento granaíno, cómo se llama el garito de verdad) y mi primo ligó con unas tías impresionantes. "Me trataban de puta madre, como si me conocieran de toda la vida. Y yo: Nando, vente pacá que te presente a las tías que he conocido. Más guapas... Y una de ellas, primo pacá, primo pallá, y yo: niña, pero quién es tu primo. Y ella que se descojona y me dice ¡¡Pues tú!! ¡¡¡Y resultó que era tu hermana Hacha!!! ¡¡Que de la borrachera no la había conocido!! ¡¡Era mi prima con sus amigas!!"

Entonces toma el testigo del relato Candela, la novia de mi primo, y sigue contando "Sí, entonces es cuando salió y me llamó a mí. Candela, ven a recogerme. Y yo, ¿pero dónde estás? Y él: aquí, hay una Caixa. ¿Pero cómo que una Caixa? Qué sí, delante de una Caixa, que vengo de la Mae West."

"¡¡Y me encontró!! Y yo ahí agobiao en el coche... Candela, había muchas niñas guapas... muchas, muchas..."

- Primo... estamos mayores...

- Juajuajua... estamos mayores.

martes, 10 de junio de 2008

Mi miniyó

Tengo un miniyo: Ditas.

Tiene tres años pero:

- se pinta a la perfección la cara con mis pinturas,
- llora si la ropa no le pega,
- se prueba cualquier par de zapatos brillantes que ve en las tiendas al grito de "son supedpdeciosos!" y
- ojea la Cuore comentando "esta es monísima...y esta supedguapa".

Por supuesto, aún tiene que aprender, pero ya va apuntando maneras. Mi miniyo tiene un primo "supedpequeño", cruza las calles por los pasos "de pegatones" y come "cuscuses", va a la "padanería" y paga con su "modenero". Y todos, todos los días me hace reír un rato: Un día se quedó mirando a un hombre con una barriga importante, y tras meditar unos segundos, confirmó "Mamá, acabo de ved un hombde embadazado".

Otra vez la cogí en el regazo y tras observar mi barriga bajo el vestido me dijo

- ¿Aquí qué tienes? ¿¿Un bebé??

Cabrona...Yo la seguí:

- Sí.

- ¿Y có se llama?

- Bocadillo.

- ¿¿Derdá?? ¡Nooo! ¿có se llama?

La pobre sigue pensando que la engañé con el nombre de su futuro hermano.

El otro día me hizo una de las suyas. Estaba yo tan feliz con una amiga y el miniyo en unos grandes almacenes, cuando... me dió el apretón. Yo creo que es el aire acondicionado, porque en cuanto llevo allí un rato me pasa. Quiero ir al baño y dejarla con mi amiga, pero se niega, y me la llevo.

Baño repleto, hacemos cola, entramos y en 6 segundos, sin exagerar, había acabado. Tiro de la cisterna para acabar de limpiarme y bebé mueve la nariz respingona :

- ¿A qué huele?¿Te has tidado un peo?"

Yo muerta de risa le digo en bajito "No, bebé, he hecho caca". Y ella:

- Ah, has hecho caca- al segundo pone cara de enfado y empieza - ¡¡¡Guada!!! ¡¡Madana!! ¡¡Huele supeddddmal!!

A estas alturas ya estaba yo llorando de la risa, pensando que los de fuera estaban oyendo tooodo, y cuanto más me reía más me regañaba con su índice en alto "¡¡Cochiiina!!¡¡¡¡Madana!!!!". Dios mío, estoy acostumbrada a hacer el ridículo sola, pero que el moco este me saque los colores...

Hace poco tuvo diarrea, y le gustó la palabra; en un viaje Sevilla-Granada me pide:

- Mamá, dí diadea.

- Diadea.

- ¡¡¡Que no!!! Dilo bien.

Miro a los lados y digo:

- Diarrea.

- ¡¡¡¡Pero dilo fuerte!!!! ¡¡¡¡Que estamos jugando a decir diadddeaaaa!!!!

martes, 17 de julio de 2007

De la higiene femenina y la reputación (por HACHA DE CHERSHIRE)

Queridos todos: mi amantísima hermana Hacha me ayuda a mantener vivo el blog con aportaciones llenas de generosidad. Ahora se ha desmarcado con una anécdota tan... digamos... no sé, es que me identifico tanto... que podría haberme pasado a mí. Pero ha sido a ella, así que... juas juas, que se joda.

Por primera vez tengo un trabajo de verdad. Remunerado y con seguridad social. Soy...er... esto... teleoperadora en una empresa de neumáticos.Vaaaale,tiene poco glamour pero me pagan a final de mes. Y además a los hombres guapos les digo que vendo coches de lujo, jajaja.

Bueno, pues llevo dos semanas y ya me la he marcado con algo ridículo. Trabajo con siete chicas más en la última planta del edificio, y para ir al baño bajo unas escaleras desde la que cinco hombres me ven cada día. Me da la regla, cojo mi bolso tan flamenca y bajo las escaleras clapclapclap hasta el baño. Cojo mi salvaslip, despego el papelillo, me pongo mi tampax y me voy de nuevo a mi puesto escaleras arriba. Al rato me noto extraña, no llevo salvaslip, cojo mi bolso con las cosas dentro y bajo de nuevo clapclapclap al baño. Efectivamente, no llevo salvaslip, juraría que lo despegué...bueno, da igual, otro. Subo las escaleras y continúo mi trabajo. La hora de comer, bajo. Hora de entrar, subo. Hora de irme a mi casa, bajo. Cojo el autobús, llego a mi casa, pongo el bolso en el sofá y contemplo la hazaña: LA NUEVA SE HA PASEADO POR LA EMPRESA CON UN SALVASLIP PEGADO EN EL BOLSO. Ja-ja. Que alguien me cuente algo más ridículo, porfa.

martes, 19 de junio de 2007

Yo nunca (por HACHA)

(Edición posterior: el post magnífico es de mi hermana HACHA, es un post invitado. Hacha, Hacha la de los móviles en el váter. Solicito un gran aplauso para ella, es viento fresco necesario en este blog.)


Tengo un grupo de amigas de toda la vida. Cuando digo toda la vida digo que llevamos juntas con la que menos ocho años, con la que más dieciseis. Por supuesto ya nos conocemos, nos comprendemos y queremos con esas cosillas que tiene cada una.

Destacaremos a la guapa tonta, que es inteligente, pero tonta a la vez. Esa que tras pillar hongos en nuestras vacaciones no se quiso poner los óvulos de crema que le recetó la ginecóloga, no fuera a ser que se quedara embarazada. Sí, la criatura tenia ya los 22 cumplidos. La queremos.

Una vez le destripó la a película de "El sexto sentido" a otra:

-¿No la has visto? Pues el tío está muerto desde el principio! Jódete que te lo debía!

-¿Tú eres gilipollas?

-Tú me jodiste a mí el "Titanic"!

-Te dije que EL BARCO SE HUNDÍA, criatura.

En fín, ahí sigue, con trabajo fijo y haciéndose pasar por un individuo más de la sociedad...

Luego tenemos a la despistada, que se pone a tontear en el paseo marítimo con un niño, se van con un grupo de amigos a tomar algo y él le dice que disculpe que no le lleve la silla hasta la mesa. A ella no le importa. Cuatro besillos y hasta luego. Al día siguiente se da cuenta de que ERA MANCO. Me odia por recordarlo cada vez que nos ponemos a contar anécdotas de botellón.


Luego está la eterna niña, esa que sigue pintando conejitos y nubes felices en los apuntes mientras hace prácticas en un banco. Esa a la que le dió un apretón de marcha, y como en el baño del pub no había papel higiénico despegó una a una las pegatinas de los botellines de Coca Cola para limpiarse. Ahora siempre despegamos alguna de la botella del botellón y se la metemos en el bolso, nunca se sabe...

Otro personaje es la guapa que espanta a los tíos diciéndoles que le huelen los sobacos y levanta el alerón pa convencerles. Esa misma aprovecha que tiene el pelo largo para pillárselo bajo los brazos y que parezcan melenas axilares. Esa que se cree que los tíos son buena gente cuando la acompañan a casa borracha y tenemos que recordarle que entre vómito y vómito se los comía. No comment. Un fenómeno.

Otras tienen técnicas en grupo para conseguir quitarse a algún que otro abuelete que las ronde: se ponen a hacer el baile del pollo y a sacarse mocos y lanzárselos. Nadie dijo que fuéramos maduras, pero somos de felices...

Bien, pues cuando el grupo de amigas (doce o trece, no puedo comentarlas a todas) nos juntamos a beber, jugamos al "Yo nunca". Una dice "Yo nunca...he follado". Y todas las que sí lo han hecho beben. Ahí nos reímos las unas de las otras:

"Yo nunca me he tirado al hermano de mi amiga y me he quedado preñada!". Hijaputa. La prime que bebo soy yo, como una campeona.

Le devuelvo el dardo "Yo nunca me he estrenao con un condón de la bandera de España". Bebe ella. "Yo nunca he follao en la caseta de un campo de golf" .Bebe ella. "Yo nunca he tenido un novio con un micropene". Bebe ella. Já. Lástima que el novio actual estuviera al lado y sobrio. Je-je. Creo que no le termino de caer bien...

"Yo nunca he chupado un huevo". Beben todas. Todas menos yo!¿quée es eso de chupar huevos?¿en qué pensaban mientras chupaban huevos?¿en la lista de la compra?¿qué mierdas de erotismo tiene eso?. En fin, corramos un tupido velo...

"A mi nunca me han puesto los cuernos". No beben las ingenuas.

"Yo nunca he puesto los cuernos". Bebemos toooodas cuando los novios están lejos.

"Yo nunca me he cagado en un zapato". Bebe el alma cándida del grupo.

"Yo nunca me he liado con un fregonas!" (disculpe el gremio, el tío era un puto palo con el pelo largo y sucio).

"Yo nunca me he liado con un Pocahontas!". Vaaaale, pero que conste que tenía su morbo hasta que se soltó su supermelena hasta la cintura. Que pa eso me como a una tía y acabamos antes.

"Yo nunca me he liado con un tio que se llama Cristian... Valentín... Modesto... Baldomero... Bienvenido... Leovigildo...".Este yo nunca se hace interminable. Qué cabronas pueden ser las madres con sus chiquillos.

"Yo nunca me he comido al primo feo de turno". Hijaputa, otra pa mí, y eso que lo hice de favor...

"YO NUNCA ME HE LIADO CON UN MANCO".Hala. Dedicao.Por si a alguien se le olvidaba!

sábado, 19 de mayo de 2007

Móvilmanía (por Hacha)

Hola a todos: aquí os presento a mi simpática, guapa, inteligente y fantástica novena hermana: Hacha. Curiosamente se parece mogollón a mí. Que no deja de ser una suerte... Además es obediente. Después de meses de requiebros ha accedido a hacer un post para mi blos, y velo aquílo el susodicho, sobre un elemento recurrente en su vida: la móvilmanía. Es decir, ese fenómeno por el que una persona, aparentemente normal e insertada en la sociedad informacional, le coge manía a los móviles.

Aquí, el relato:

"Los móviles, maravilla de la tecnología. Tienen juegos, hacen fotos con flash, puedes ver la tele y el correo electrónico, escuchar música... dentro de poco plancharán camisas y esperarán a tu Pepe en la puerta cuando venga borracho. Lo que no sabía es que existen (Aleluya!) móviles acuáticos. A buenas horas. A saber lo que me he gastado en móviles.

Mi primer móvil vino a la vez que mi primer novio, a los 18, era un Alcatel conocido como "er ladrillo". Amarillo. No tenía sonidos polifónicos ni pantalla a color, pero podías hacer pesas con él, anda. Y nunca, nunca se te perdía de vista.

Pero como en algunos bolsos no cabía, me pasé al por entonces coqueto Nokia 3210. Jo, es que tenía juegos! y lo que era más útil, vibraba...Y vibró, vibró hasta que a Josito, el niño que cuidaba de cuatro años, se le ocurrió que era más divertido deslizar mi móvil que su coche de juguete por la bañera. Con el agua hemos topado. De nada sirvieron mis mimos,la sesión de secador ni meterle papel higiénico, la pantalla se leyó a partir de entonces a rayas. Lo cual agudizó mi imaginación para leer mensajes...

Cuando me dijo adiós definitivamente me agencié uno de mi hermana previo pago de 30€. Monísimo, pequeñito, turquesa, tan ligero que te lo metías en el borde del pantalón de pijama y te olvidabas de él. Y te olvidabas, y te ibas a mear,te bajabas el pantalón y oías "clonc". Mierda. Otra sesión de secador y no tenía ni cuatro días el móvil. Esta vez fue K.O. Nunca más se encendió.

Luego me compré otro, un Sharp GX15. Resistió dos meses. Lo que tardó mi pequeño parásito en babear con su boca desdentada hasta el último rincón. Dejó de tener sonido.

Por último hago un chanchullo para que la compañía me de un teléfono nuevo, precioso, el Nokia 6103, gratis, con cámara, sonidos, tna ligero tan ligero como el turquesa anterior. Tan ligero que acabó su vida de la misma forma. Esta vez pasé de secador...si ya sabía que iba a tener un lisiado!

Para terminar la historia tengo un móvil preciosisísimo, Samsung E370; es pequeño, bonito, lo tiene todotodotodo y nunca, nunca, jamás me acompaña al baño. El próximo es acuático seguro."

Y ahora, por favor, todos juntos:

TE QUEREMOS, HACHA

P.D. Todo lo narrado en este post no es que esté basado en hechos reales: es que es rigurosamente cierto. Y además de cierto, es verídico. El recuento es de cuatro móviles perdidos por exceso de humedad: uno por submarinismo en la bañera, otro por babas de bebé y dos por caída libre al WC patrocinada por el acarajamiento de Hacha.