Coaching, Mentoring y Política
[Advertencia: este es un post mitad sesudo mitad ida de olla. La culpa la tiene Mr. Fantántrico por decirnos que nos están empobreciendo y encima vamos a trabajar hasta la muerte y yo, que leo mucho últimamente con lo de estudiar, y las lentejas, que se me están repitiendo. Si seguís, allá vosotros]
A vueltas con la crisis, desde los foros profesionales se plantea a menudo la oportunidad que los momentos complicados significan: ocasión de reflexionar, de ser creativos, de dar el giro de ciento ochenta grados sin que nadie nos tache de locos (¡qué momento mejor que éste!). Desempolvamos nuestros conocimientos sobre gestión del cambio para ponernos las pilas, para revisar la estrategia, para rehacer metas y enderezar el rumbo, para revisar nuestra eficacia de modo constructivo. Porque la crisis nos ahorra el trabajo de buscar qué estamos haciendo mal... lo que hacemos mal se manifiesta de modo natural por la circunstancia adversa.
Y no es momento de correr mesándose los cabellos cual Ofelia, ni de coger la bolsa de culpas y empezar a repartirla, con mayor o menor fortuna, entre el equipo. Yo creía que estaban perfectamente extendidos la IE de Goleman y Quién se ha comido mi queso... ¿Qué les pasa entonces a nuestros dirigentes políticos? ¿Qué enfermedad les afecta que los tiene colapsados? ¿Es un nuevo virus el que genera el Síndrome de Inmuno Opulencia Adquirida, que les vuelve impermeables a las demandas de la sociedad española?
La crisis es económica, pero nos vapulea con mayor fuerza porque previamente sufríamos una crisis política de gravedad: el liderazgo en los actores políticos (partidos y sindicatos) deja mucho que desear y hace tiempo que asistimos la guerra de guerrillas y la ausencia de una opción política válida para la mayoría...
Si reflexionamos sobre la competencia personal de Goleman "Conciencia de uno mismo" en los actores políticos, podemos apreciar que raramente hacen un análisis objetivo y constructivo de las propias debilidades. Eso explicaría que el Presidente de Gobierno sea más jugador estrella que capitán de equipo. Es posible que una falta de confianza, que no de carisma, le haga rodearse de un equipo en cierto modo prescindible, para que prevalezcan sus propios criterios.
También es un ejemplo sobre la falta de confianza en el propio equipo y el juego en solitario el conflicto Gallardón -Aguirre, que tanta tinta derrama. Poco que decir sobre la integridad y el compromiso cuando los líderes pierden los papeles de tal modo que se pierde de vista la estrategia del equipo. Y el débil control de Rajoy sobre su partido es evidente: su equipo no tiene conciencia de equipo, y aún menos está con él. Quizá sea un problema de retribución, tiene que empezar a jugar con variable y beneficios a lo Gurtell...
Sobre la competencia de autorregulación, el concepto de integridad como capacidad de asumir responsabilidad queda desechado igualmente por ZP: los errores son de su equipo, quienes son retirados de sus carteras de gobierno. El hecho de que el líder se enterase más tarde que nadie en toda Europa de que estábamos en crisis... BLUF! ¿Lo cuálo?
Adaptabilidad e innovación: es cualidad de un buen líder ser catalizador del cambio, abrir nuevas opciones, aportar soluciones creativas. A veces ni siquiera hace falta ser tan creativo. Las transformaciones en el mercado laboral y el crecimiento del empleo que el Plan E ha conseguido son de risa... ¿Pueden abrirme otra zanja por aquí, por favor? Éso sí, gracias al mayor gasto público del que presumían, Bruselas nos abre expediente. Si revisamos las comunicaciones del gobierno del año pasado, o mienten como bellacos, o implican una falta total de previsión en las prospecciones económicas.
Vincenç Navarro se autodenomina un hombre de datos, y dice que mirando los datos, siempre supo que España no iba tan bien. Explica en este vídeo que el mayor yacimiento de empleo que supondría expandir el estado de bienestar sigue sin explotar en nuestro país. Y en este otro nos cuenta que las clases altas tienen cubiertas sus necesidades de educación, sanidad, o servicios a la familia, de modo privado, porque tienen un gran poder adquisitivo. De modo que el compromiso con el estado de bienestar queda satisfecho por la propia percepción de que es una realidad (pero se trata de la realidad en la que ellos viven, no la que ofrecen al resto de la población).
La única habilidad cognitiva para un líder, según Goleman, era la de reconocer pautas, extraer la información necesaria (como hace Navarro con los datos económicos) para comprender las tendencias relevantes y tener la visión global para idear planes y soluciones a futuro. Si existe el capital humano que, como Navarro, posee esa habilidad, los líderes políticos deberían tenerlo en sus filas. Pero si por los hechos se manifiesta la incapacidad de prospección del líder, y además carece en su equipo de personas preparadas o teniéndolos, los infrautilizan... entonces el problema son las habilidades del líder como líder.
La política internacional difiere de la nacional, entre otras cuestiones, por la necesaria profesionalidad de quienes la ejercen. Quizá deberíamos pedir a Europa, aprovechando la apertura de expediente por el déficit estatal, que nos incluya en un programa de coaching y mentoring para políticos. Que los nuestros están un poco verdes, y necesitan de orientación en el trabajo.
Edición para los de buena fe que admiten públicamente que a pesar del aprecio no hay quién me soporte:
Este post, que tampoco dice nada del otro mundo, se dedica a relacionar las características de los "trabajadores estrella" descritas por Goleman en su libro "La inteligencia emocional" (que tampoco la inventó él, pero tuvo el mérito de difundirla para el gran público). Habla de que los buenos líderes comprenden lo que saben y lo que ignoran, y según eso se mejoran a sí mismos y/o se rodean del equipo que necesitan para cubrir sus carencias, para conseguir los objetivos de la empresa. Me ha dado por comparar el gobierno con una empresa muy mal llevada por unos gestores que de buenos líderes tienen lo que yo de rubia. Para demostrar que hay gente que sí sabe (como mínimo estudiar datos, como mis amigas las periodistas de economía) he linkado los videos de Navarro, un catedrático de Economía y Ciencias Políticas y Sociología, un hacha, que como catedrático, se explica muy bien (hasta un presidente imbécil lo entendería).
Mjjulieta, no te preocupes, que a veces me pongo así de repelente por tirarme el pisto, pero tampoco entiendo ni me creo todo lo que digo, no vayas a creerte. :D