Querida Mercenaria:
Ésta es una carta que te escribo para que la leas cuando llegue el momento. Ése momento llegará cuando Sberrow encuentre otro trabajo y os haga un corte de mangas. Pero hasta entonces tengo que morderme la lengua y guardarme mi satisfacción para mí.
Para cuando puedas leer esto has de tener claras algunas premisas:
1º- Que aunque te crees la reina de la comunicación y el liderazgo, la verdad es que en esos ámbitos eres más torpe que un pato harto de porros.
2º- Que desde los primeros cinco minutos de conocernos me dijiste con tu lenguaje no verbal que estaba despedida, y desde entonces he sido yo la que te probaba a tí.
3º- Que tienes el sentido de la ética profesional podrido. Huele mal. Háztelo mirar.
4º- Que tus mierdas de textos propagandísticos de Recursos Humanos del siglo XXII de Esade producen náuseas a cualquier persona con dos dedos de frente.
5º- Que, visto lo visto, exceptuando por la ambición desmedida, hasta yo estoy más cualificada que tú para ocupar el puesto que ocupas.
[Lunes, 6 días para el fin de contrato. Un gato habla con Sberrow por teléfono]
- Prepárate... ve afilándote las uñas porque tienes un finiquito normal, de fin de contrato.
- Lo sospechaba, pero ¿cómo puede la Mercenaria ser tan tonta de pensar que no voy a reclamar mis derechos?
Hablando, hablando, Sberrow le comenta que tú le has mencionado un contacto con su empresa anterior. El gato entonces relaciona que Nayuana, de Gato Hotels, le ha comentado que Sádor le ha preguntado con ella.
- ¡¡Un momento!! ¡¡Sádor también trabajaba en la empresa anterior de la Mercenaria, Machaca Hotels!!
- Pues la Mercenaria salió de allí porque había un bicho que tiene al departamento de recursos humanos loco.
- Pues como Sádor. ¡Ja! ¡¡Éstas fueron compañeras en la desgracia!!
- Fíjate tú lo que acabamos de descubrir, Gato...
- ...
- ...
- ¿Sabes qué voy a hacer? Mañana voy a recoger mi certificado de retenciones a Gato Hotels y a hablar con Sádor. Le voy a contar lo que me pasa, que voy a denunciar a la empresa, y que más les vale comunicarme en tiempo y forma que mi contrato se acaba (que en realidad es un despido, pero vamos, que ya pueden comunicármelo).
- ¡¡Éso está muy bien!! ¡¡Qué malas somos, jajaja!!
[Martes, 5 días para fin de contrato, 13:00 horas. Un gato entra en Gato Hotels. Saluda a Nayuana, a Travi, a Sebas... y a todos. Sádor aparece por su lado y le pregunta cómo está con afectación. Gato va a verla a su despacho.]
Allí se sienta con ella, y Sádor adopta un rol de psicóloga espantoso. Un gato se afila las uñas y empieza a escupir. Los mensajes claves a lo largo de la conversación son: acoso moral, estoy medicada, todavía estoy esperando para que me pregunten cómo estoy, les voy a denunciar por la ilegalidad del contrato y por daños y perjuicios, ésto no es un fin de contrato sino un despido, Churrascomán tiene pruebas y declarará en mi favor, cómo puede la Mercenaria ser tan ignorante en derecho laboral, me parece increíble, ya no atiendo a mensajes que no sean formales, a partir de ahora que se comuniquen conmigo por escrito y mediante burofax, y más les vale comunicarme que mi contrato acaba y me despiden o tantos más días tendrán que pagarme, además de los salarios de tramitación... Qué falta de ética la de la Mercenaria, para tratarme a mí así y permitir que ésto siga sucediendo contra otros...
Sádor le ofrece consuelo y apunta el recado. Un gato la mira... y la cara de Sádor se transforma lentamente en un megáfono, para volver a su forma original de nuevo.
- ¿Cómo decías que se llamaba ese chico que tenía las pruebas?
- Churrascomán... Era el director corporativo. Ahora también está despedido. ¡Huy! Casi se me olvida coger el certificado de retenciones, que tengo que hacer la declaración, y este año me van a echar un polvo...
Todas y cada una de las críticas las ha lanzado a través del megáfono contra tí, y sabe que en cuanto salga de ése despacho tú levantarás tu auricular y escucharás el eco de sus críticas. Ha sido una retorcida amenaza sin manchar sus manos ni las de Sberrow.
[Miércoles, 4 días para el fin de contrato. Sberrow la llama]
- Me extraña que no te haya llegado ya, la Mercenaria habla como que te ha enviado el burofax. Pero yo no sé si el talón que yo ví era falso, algo no me cuadra. Además, me ha explicado que se encontró con Sádor en una fiesta, que ella no va a fiestas, por casualidad...
- ¿Y por qué te explica a tí éso?
- No sé, yo no le he preguntado y además no venía a cuento...
- Explicaciones sin pedirlas... mentiras averiguadas. Ahí tenemos la confirmación de que están relacionadas. Bien, mi amenaza de denuncia le ha llegado, que era lo que me hacía falta.
- Pues algo no cuadra, algo raro está pasando... porque no me parece que el talón que yo ví sea lo que te van a ofrecer...
[Miércoles por la tarde, 4 días para el fin de contrato. Llaman a la puerta]
- Por favor, ¿Gato de Chershire?
- Sí, soy yo.
- Tengo un envío de correos.
- Suba por favor - ¡¡¡Biiien!!! Aquí está mi despido...
[...]
- Expedido el martes, dos horas y media después de mi conversación con Sádor, jejejej... ña ña ñaaaña, fin de contrato, el viernes de 08:00 a 14:00 puede pasarse a recoger la liquidación correspondiente por las oficinas centrales. Un saludo, Mercenaria Japuta, Directora Corporativa de Recursos Humanos de Alienosa.
Así que fin de contrato... ¿Dónde me habré dejado la lima?
[Viernes, dos días para el fin de contrato- despido. Un gato entra en las oficinas centrales. Puede ver a Mamir y Vícmar, completamente alienigenizadas por tí... es lo que pasa con los humanos de bajo nivel intelectual, son carne de cañón...]
- Bueno, Gato, qué tal... Cuéntame qué te ha pasado.
- Mercenaria, ¿No sabes qué me ha pasado?
Empieza una discusión sobre cuánto ha traicionado un gato las buenas intenciones que tenías, hasta que un gato te expone tres situaciones distintas que destruyen ése argumento. Entonces giras la cuestión:
- ¡¡Has dejado a Sberrow sin posibilidad de trabajar, tirada!!
Un gato se relame. Ésa era la situación que le hacía falta para limpiar a Sberrow y hacer constar que entre ellas no ha habido comunicación.
- Mira, Mercenaria, sé que mucha gente se habrá tomado mi silencio como una falta de confianza, pero yo necesitaba cortar la comunicación y recuperarme de ésto. Siento lo de Sberrow y espero que lo comprenda, aunque no sé si ahora querrá hablar conmigo...
- ¡Claro que quiere hablar contigo, quiere saber cómo estás!
Sberrow me diría más tarde "y ella qué coño sabe si nisiquiera hemos hablado de éso". Pero fue perfecto. Mi falsa culpabilidad te convenció de que Sberrow estaba limpia.
En total conseguí - con la inestimable ayuda de Sberrow - mi indemnización por despido y la satisfacción de burlarte sin dejar a Sberrow en una situación más comprometida.
Algún día Sberrow te dará la carta de preaviso de baja voluntaria. Y según escoja ella, te entregará también esta carta o te la contará... en cualquier caso le he dicho que por favor paladee el momento y memorice cada detalle, porque quiero un relato pormenorizado del momento en que te diga que cuando tú ibas... nosotras volvíamos. Pero por quinta vez, maja.