El arte de tropezar con la misma piedra
El otro
día salí a hacer un recado al lado de casa. A la ida, crucé un paso de
peatones, y al entrar en la acera de enfrente enganché el pié en una baldosa
saliente y dí un traspiés. No fue nada, esa sacudida ridícula de cuerpo hacia
delante, con pelos volando a lo conciertazo de heavy y sonrisa estúpida para
afrontar las miradas de quién lo hubiera presenciado.
Llegué
a mi destino, compré lo que necesitaba, olvidé el incidente y volví por la
misma acera en sentido perpendicular al que había traído.
No me
preguntéis cómo. Volví a quedarme enganchada en el mismo cochino saliente, y
esta vez aterricé en el suelo, y me hice una rozadura en la rodilla estilo
hostiazo de recreo.
Me
sorprendí de lo tonta que había estado.
Pero es
mi historia. Soy especialista en darme calamonazos contra las mismas paredes,
en descubrir moratones o bultos de golpes en cualquier parte del cuerpo y no
saber ni cómo me los he hecho.
Hoy me
he levantado con cara de lunes, y éso que es martes. Y llevo toda la mañana
limpiando la casa, a ver si el orden me amuebla la cabeza, pensando en cómo
tropiezo sin aprender. Supongo que sólo es miedo de que sigan apareciendo
baldosas salientes y yo siga teniendo que percibirlas a base de tropezarme con
ellas, porque todo lo que estoy haciendo ya lo he hecho antes. Vuelvo a buscar
trabajo, vuelvo a intentar ser solvente y vuelvo a pensar qué más puedo hacer
para hacer frente a las consecuencias de mis errores del pasado, que ahora dan
menos miedo porque están pasando de temores a perjuicios materiales –y es mejor
tener un problema que saber que vas a tener un problema-. Y vuelvo a intentarlo
en una relación que pinta bien, o éso creo y me dice la gente.
Y me
pregunto si esta vez voy a ser capaz de cambiarlo todo. O si me voy a seguir
echando las rodillas abajo a base de tortazos ridículos en la calle.
Al
menos sé levantarme sonriendo estúpidamente. Éso sí que lo he aprendido.
2 comentarios:
Bienvenida al club de los que tropezamos infinitamente con la misma piedra. Es usted el número de socia 1.000.000 ;P Y sí, vas a ser capaz de cambiarlo todo. Ya verás!
Qué fuerte me parece que escriba algo y alguien conteste así de rápido! :')
O lo cambio o el bucle acaba conmigo, Speedy, jajajajja.
Muacks!
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