lunes, 18 de octubre de 2010

Extraños en un tren

Bueno, ya que ella lo ha dicho, podemos contarlo: Que Misia y Anómalo se han casado.

El viernes por tarde llegamos a cierta ciudad que apellidan Lluviosa, del norte. Rebi estrenó su carnet conduciendo la mitad del viaje - aunque esta es otra historia que otro perro blogger debe contar en otra ocasión- y por la noche nos fuímos a ver a los novios y toda su compaña. Nos dimos cuenta de que era mentira lo de la lluvia: se pasan el día tirando sidra al suelo. Un derroche, tú.

Allí bebimos y nos pusimos de pastel de cabracho y tortilla y patatas hasta los ojos. Con eso nos fuimos a dormir el sueño de los justos -de pantalón, estamos tan llenos que no nos abrochan los botones-.

Al día siguiente nos despertaron las campanas tocando "Asturias patria querida" y de ahí, salimos a dar un paseito por la preciosa ciudad y quedamos con la Perli y el Zagloso para comer. Acabamos en una terraza donde el primer plato llegó más o menos bien, pero nuestros escalopines al cabrales no llegaban. Un gato miraba la hora cada cinco minutos y los restaba del tiempo óptimo de rulos... ¿A que vuelvo a llegar tarde y mal peinada a esta boda?

En cuanto llegaron, engullimos los platos y la Perli y yo volamos a nuestros hoteles para arreglarnos. Un gato optó por hacerse las uñas y peinarse con rulos, para evitar momentos de ira contrapeluquera que toda mujer sufre si quiere que le hagan un moño. Cuando Rebi llegó a la habitación del cutrotel, yo estaba con los rulos a medio poner. La luz del espejo del baño era malísima, así que me intuí para echarme los kilos de sombra en los párpados (me pesaban más que a Rafaela Aparicio). Seguí dándome secador y por fin vino el momento de descompresión rulera. Rebi me ayudó a quitarme las pinzas (es el mejor novio del mundo, por ésta y otras razones) y mi pelo quedó rizado cual de un querubín de retablo religioso.

Al final el resultado fue que peinada sí estaba, pero las uñas se me quedaron sin pintar -milagros, a Lourdes-. Y nos dispusimos a coger nuestro coche, que debíamos aparcar en otro parking cerca del lugar de la boda.

Pero al salir a la calle descrubrimos que nos sólo de sidra se mojaba el suelo y la cruda realidad cayó sobre nuestras cabezas.

- ¡¡¡LLUEVE!!! ¡¡SOBRE MI PELO ENRULADO, LLUEVE!!! ¡¡Pa una vez que me queda bien, cago en la leche!!

Entonces decidimos que lo mejor sería coger un taxi... para lo que debimos correr bajo la lluvia y mojarnos un poco. El tráfico no era lento, es que se truncaba, la gente caminaba por mitad de la calle, y no se apartaba, y Rebi y yo mirábamos cómo los minutos volaban mientras los 200 metros de trayecto no se completaban ni a tiros. Cuando llegamos, sorteamos a los invitados de la boda anterior y corrimos alfombra arriba. A punto de entrar estaban Misia y Anómalo, que nos gritó "¡¡Venga, que no nos casamos si no llegáis!!"

Estaban tan tan tan guapos...

Rebi y yo estamos orgullosos y contentos. Porque esta vez llegamos a tiempo y les vimos y oímos casarse, cosa que tratándose del Anómalo no tenía precio. Porque obviamente hizo chistes (y eso delante del suegro de uno en el día de su boda no deja de ser un deporte de riesgo). ¡¡Además, tuvo gracia!!

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

...

Qué no, que queda mucho más... Que hicimos equilibrios con nuestros tacones de aguja para no descalabrarnos en el suelo mojado, que viajamos a un palacete con armaduras con falda de tubo y alfombras en las paredes, y nos dieron salpicón, solomillo con tomatitos asados, dátiles y muslitos de pájaro en los entrantes, y luego en la mesa, una crema de espárragos, rape con langostinos y salsa de marisco y solomillo con uvas y un postre brutal y mortal de necesidad.

Las mesas tenían nombres de película y el Rebi y yo estuvimos con un crítico de televisión con su marido, una chica guapísima que llevaba un broche estupendo de Mario Bros y dos divas de la danza oriental: Adalias y Doctora B. Así que nuestra mesa se llamaba como correspondía: "Extraños en un tren". Un gato se hartó de beber vino en la boda, porque Rebi (el mejor novio del mundo) se sacó el carnet, para conducir en esta boda y que yo pudiera beberme hasta el agua de los floreros - aunque esta es otra historia que otro perro blogger debe contar en otra ocasión-.

Cuando llegó la hora del postre, Adalias y la Doctora B se levantaron para ataviarse de bellezas morunas. Rebi y yo estábamos encargados de grabar la actuación con sus cámaras, ¡¡y vaya actuación!! Fascinaron, por distintas razones, una de las cuales pueden leer en boca de su protagonista, aquí.

Yo puedo contar que, para grabar mejor, acabé tras la mesa presidencial. Y tuve ocasión de ver como una familiar de Misia llegaba con un ramillete de gafas graduadas masculinas, para hacer entrega de las mismas al padre de la novia:

- Ellos no pueden ver este espectáculo, que no tienen salud ya para estas cosas.

Y es que estaban tan guapas que se entiende que temiera algún infarto de miocardio entre la población sensible... No puedo imaginarme el momento en que las gafas fueron confiscadas al grito de "¡¡Es por tu bien!!"

Y el de las divas orientales no fue el único baile, que Misia y Anómalo abrieron la celebración con un vals ¡¡truncado por una canción hindi!! Ahí pudimos ver todos lo bien que baila Misia... y cuánto se esforzó Anómalo.

El puoso de Zagloso fumaba puros cual miembro común de la mafia, mientras sonreía ampliamente, satisfecho con la vida, porque sus amigos se casaban y éso le hacía feliz.

Y así, todos, bailamos, comimos, bebimos y fuimos felices... tanto como deseamos que sigáis siendo vosotros, Anómalo y Misia.

Gracias por dejarnos formar parte de vuestra tribu, chicos.

Edición de justo después: El perro blogger ha decidido postear justo el día en que le llamo perro blogger dos veces o asín. Aquí la prueba del delito.

5 comentarios:

Adalias dijo...

Uhmmm si lo sé nos vamos la noche de antes para disfrutar de esa sidrita. Lo reconozco. Me habéis dado envidia!

Y como ya he oido, ibas hecha toda una Liz Taylor!! Deberías hacer un post tutorial de como poner los rulos;)

Crónica muy buena y fidedigna;). Y bravo por tu "savoir faire" sobre los tacones.

Speedygirl dijo...

¡AHHHHHHHH! Así que lo del suelo era sidra... claro, ahora me encaja todo!XDDDDD El momento hindi se lleva uno de los primeros premios de la noche... pero el podium está disputado, eh? XDDDDDD

Gato dijo...

Adalias, el post de los rulos es un Mortadela de Luxe, y de paso reavivamos el blog de pobres, que lo tenemos abandonadísimo.

Speedy, es que es muy grande, los camareros allí no ganan para zapatos. Palabra.

Biónica dijo...

Jo, qué emoción :__). Pero qué de bodas tan chulas. Al final haréis que me case, coño. Y no quería xD.

Ahora en serio, me alegro mucho leyendo esto :)

Gato dijo...

Yo tampoco me quiero casar, pero la oportunidad de marcarte un baile como el de Misia y Anómalo... jopé, es muy tentadora!!!