miércoles, 18 de julio de 2012

Animal Emocional


Ya, sí, todos lo somos. Pero  unos más que otros. El caso es que el Animal Emocional que somos tiene la particularidad de entrar en pugna con el Animal Social. ¿Qué dirían todos si conocieran a mi Animal Emocional? Qué vergüenza, qué ridículo… Y qué puta liberación.


Un Animal Emocional fuera de todo orden es fácilmente reconocible,  aunque los síntomas pueden ser confundidos con otras dolencias: falta de tacto, imprudencia, insensatez.  Pero no, se trata del reinado de lo irracional, estamos en el territorio donde gobiernan las emociones sin mesura, así que no se dedica  a retar constricciones sociales de forma intencionada… simplemente va en paralelo. Algunas de las señales más comunes son las siguientes:


  1. Mirada que no oculta nada, inconsciente... da igual que esté perdida en una moqueta como que mire a los ojos de otro. No filtra nada. Lo deja pasar todo. Ojos bien abiertos, desafiantes, pupilas dilatadas.
  2. Anomia. Insolencia ante los planteamientos de lo esperable, lo que es debido, lo que sería conveniente. Todo entra en cuestionamiento profundo, los valores se manifiestan como claramente disfuncionales en la situación que surge el Animal Emocional para el rescate del individuo en cuestión... así que todo se pone en la picota con pocos miramientos.
  3. Atrevimiento. Se hacen cosas. Todo da igual, todo es un buen plan si te apetece. La pregunta mágica que el Animal Emocional hace es "¿Por qué no?" Y si la respuesta no es demasiado concreta, ni tangible, no se da por vencido. Y entonces añade "Dame una buena razón para no hacerlo". Animal gana casi siempre, y el balance suele ser positivo. La adrenalina del atrevimiento y la satisfacción de la apetencia/querencia compensan el miedo.
  4. Descenso a impulsos primarios. Me hace sentir bien: bueno. Me hace sentir mal: malo. Así te centras en las cosas pequeñas: comer, tomar el sol, mirar cosas bonitas, tocar, oler. Y en evitar lo que daña, sin aspavientos.
Animal Emocional no siempre está aquí. Viene sólo cuando le necesitas, como las personalidades múltiples. Y tiende a esconderse cuando todo vuelve a su cauce. Mientras está, es retador y emocionante, pero si la situación se restablece, llega Animal Social (ñañañaña) y le aparta del escenario.

Estoy pensando en equilibrar las apariciones de uno y de otro. Pero de momento… me quedo con Animal Emocional. Y con los ratos que me ofrece de cosas que no debería hacer. O éso creemos algunos, a ratos… que lo de deber, deber… pues no está tan claro. Juas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no, no está nada, pero que nada claro ;P Bien lo sabe el Animal Emocional

Gato dijo...

Anónimo! ¿Eres un anónimo vampiro, y por éso no tienes reflejo? Me llega tu comentario al mail pero no se ve en el blog!!

Pos éso, nada, pero que nada claro, :S

Efe dijo...

Seguramente esté en la carpeta de SPAM de Blogger. Pero tú puedes rescatarlo de ahí, es muy sencillo.

Gato dijo...

Lo que sabéis de blogs, Efe... ahí estaba. No sabía ni que tenía una carpeta de spam!!