¡Oh, mundo!
A veces el mundo nos depara emociones maravillosas e inesperadas. No tienen por qué ser negativas siempre:
- ¡¡Estás despedida!!
Bueno, esa de hecho no era ni inesperada... A lo que voy. Rebi me enseñó el video de un bebé sordo al que le ponen un implante para oir y es precioso verle escuchar la voz de su madre por primera vez. A Moira le pasó con una flor. Moira es una gata madrileña residente en un décimo piso, con lo que hay ciertos aspectos de la naturaleza que desconoce... como la textura y el olor de un clavel:
Cuando lo vió por primera vez se lanzó a por él como una loca... y a mí me recordó a Jack:
Me gusta cuando mi estado mental me permite salir con los ojos limpios y ver el mundo así. Recuperar la capacidad de sorpresa, disfrutar de la ingenuidad, intentar hacer algo nuevo y sentir la emoción de la aventura, escuchar golondrinas y oler la primavera y teletransportarme a los cinco años. Y soñar con que todo va a ser nuevo otra vez, y sentir con la inocencia de un niño o de un animal...
Bueno, mejor me quedo con la inocencia de un niño. Que Moira nos ha salido muy predadora.
4 comentarios:
Muy tierna, ... casi maternal.
. . .
oh qué grande está!!
y además se ha vuelto bohemia...es que ya no te juega con la ropa tendida??
de okupa a lady... jijjijijij
un beso, gatito lindo. te leo, te leo...
Anónimo, seguro que tú lloras en las bodas. Las de pueblo sobre todo... :D
Mjjulieta... con la tendía y la que llevemos puesta. Más mala que la quina, es esta gata...
cómo te entiendo... ropa deshilachada?? pelusas incontrolables sobre fondo negro??
como digo yo: a mi gata me la dieron gratis, pero me cuesta un armario.
Publicar un comentario