Entrevistas, mentiras y cintas de vídeo

Sigo tratando de aprender con mis clases. Después de tener a la profe de las tetas al libre albedrío, vino otro para darnos otro módulo. No me gustó; la mejor virtud que tiene como profe es que tiene la capacidad de no quedarse callado. Pero no estructura las clases, no transmite conocimientos de forma metódica, ni tampoco aporta la información para que nos orientemos de forma más activa. Sus clases son una charla sobre casos extraños y llamativos - el entrevistado con el ojo que se le movía mucho, la entrevistada rara que fumaba y tuvo un ataque con temblores en su despacho- con los que trata de justificarnos el montón de experiencia que tiene.

Desafortunadamente, los responsables de la formación en derecho han incluído un modulito de selección. Y digo lamentablemente porque el material del manual es penoso, y la selección del profesor ha sido inexistente; han vuelto a poner al mismo.

El manual incluye en la batería de preguntas ejemplos como "¿Tiene hijos o piensa tenerlos?" -sin comentarios...- o "¿Tiene pocas pero buenas amistades o establece fácilmente muchas relaciones aunque sean superficiales?" - obviando que la palabra superficial tiene una connotación negativa que puede sesgar la respuesta...-. Habla de pedir información sobre el uso del tiempo libre (cuando considero que, a menos que un empleado sea aficionado a la ruleta rusa y las drogas duras, su vida privada no es de mi incumbencia en el trabajo) o de la necesidad de inducir tensión en el candidato para medir su resistencia al estrés.

Entonces el profe ha soltado -no por primera vez- que una técnica que se puede usar para ver la reacción de un candidato es mirarle a los genitales. No he sido la única que se le ha tirado a la yugular...

¿Qué clase de entrevistador acosa a un candidato para medir su respuesta al estrés? Probablemente un mal entrevistador. Porque abusa de que el candidato llega a la entrevista dispuesto a cedernos información sobre sí mismo, porque desea o incluso necesita ese puesto de trabajo. La obvia desigualdad de los roles ya es suficiente como para inducir tensión en el candidato, y difícilmente las reacciones de éste ante un acoso visual o un insulto en una entrevista de selección, son extrapolables a una situación real de trabajo, con un cliente o un compañero. Porque el candidato va con rol de candidato, no con rol de empleado.

Huelga decir que hay mucho animal por el mundo que se hace llamar técnico de selección, con las habilidades de comunicación menos desarrolladas que un mandril -con perdón de los mandriles-.

A mí me han tratado mal en entrevistas: formando barreras físicas - mesa ancha, rectangular, mi asiento era claramente más bajo, el hijoputa se puso su portátil delante, ocultándose tras la pantalla-, impidiéndome contestar adecuadamente -mientras me hacía contar mi experiencia laboral, el entrevistador movía la cabeza en señal de negación de modo exagerado, hasta que le pregunté por qué me decía que no a mi relato sobre mi trabajo y se hizo el longui -, me han entrevistado ocho personas sentadas en U frente a mí y a mis lados... Y francamente, creo que esos procesos no han sido de lo más adecuados.

Alguien entrenado en selección debe tener herramientas más sutiles para conseguir la información que necesita de un candidato. En la última entrevista que hice, hace un par de meses, salí con coloretes; como de un examen de matemáticas. Casi dos horas. Me quedé cansada, agotada de hablar de mí, y quizá un poco intimidada por el nivel de información que llegas a volcar en una persona desconocida para conseguir un trabajo. Pero no me faltaron al respeto ni un poco. Y la técnico era muy buena.

No sé cuántos de los que me leéis estáis buscando trabajo en este preciso momento, como yo. A todos los que lo hagan, mi consejo es que no os desmoralicéis. Hay mucho penco trabajando, lo sé, pero tratad de pasar por alto sus burradas, entended que es la ignorancia de ellos - y no una falta de competencia vuestra- la que os hace sentir mal en una entrevista.

Si no cumplís los requisitos previos para una candidatura, no deberían llamaros, y siempre deben daros las gracias por la información que les regaláis. Si os hablan de una competencia que no tenéis y creéis que sería interesante para vosotros - para mejorar vuestra empleabilidad-, buscad el modo de adquirirla, pero no salgáis con culpa o frustración de una entrevista.

Porque el mundo es injusto, hay papanatas con trabajo y gente muy válida en el paro. Fijaos en este ejemplo: el imbécil de mi profesor está menos capacitado que yo en esta materia -que ya le vale-, y sin embargo, él tiene dos trabajos y yo no tengo ninguno.