jueves, 7 de junio de 2012

Preocupaciones de medre


- ¿Sí, dígame?
- Hola hija, pensé que no te iba a pillar en casa, que igual era pronto.
- ¡Hola medre! No, es que me acababa de subir en la elíptica para hacer un rato de bici.
- Bueeeeno. ¿Cómo estás?
- Bien, mamá, mejor.
- ¿Pero de verdad mejor, o sólo  me lo dices?- el clásico de la familia en la distancia: nos contamos la mitad por no hacernos sufrir y luego nos cabreamos porque no nos lo han dicho.
- Jajaj, que no, que estoy mejor, en serio.
- Así me gusta hija.

[...]

- Que siiií, que me estoy cuidando... ahora vuelvo a la bici que me sienta muy bien.
- Muy bien, tú haz bici y éso que... queeee....
- ¿Que me ponga buenorra mamá? Que sí, que no te preocupes, si ya me han dicho en el curro que estoy más guapa, tú no pases pena.
- Éso, éso, ponte guapa para el trabajo, jijiji. Hale, a hacer bici.

Mi medre es una clásica, quiere que me líe con un mercenario y además piensa que ellos las prefieren con el culo duro.


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