lunes, 21 de noviembre de 2011

The miopía's end

Rebi me vino con un cartoncito azul a casa.


- Mira, estaban en la Vaguada haciendo una promoción de operación de ojos, justo ahora que lo estabas pensando. Setecientos pavos por ojo.

Ni me lo pensé. Al día siguiente llamé para pedir cita y que me hicieran las pruebas.

Y llegó la tarde de la prueba. Un gato estaba nerviosa, pensando en que le iban a abrir el ojo con un bisturí para acabar diciendo : "no, no eres apta, con tus gafas hasta que te mueras".

Así que se plantó en la sala de espera con el folleto informativo que le dieron.

"La operación no es dolorosa, algunas personas dicen que son las luces más bellas que han visto". "Operar la córnea no es operar el ojo: es como si dijéramos que una intervención en una oreja es una cirugía cerebral". Todas estas mentiras las tienen en el folleto de la sala de espera con un solo objeto: que te dejes operar.

El caso es que me pasaron por todo: la máquina del globo, la de la casita, el soplío en el ojo, y las gotas que te dejan como el gato de Shrek:


Cuando te ponen las pupilas así no ves un pijo. Así que me quité las gafas e hice de Rompetechos un rato, mirando mi móvil a seis centímetros de mi nariz. Así, además de tener las pupilas dilatadas, estaba bizca. Tranquilo Rebi, nadie me invitó a una copa en las tres putas horas que estuve allí.

El hombre que se propasó llegó más tarde. Me dijo que tenía que mirarme el fondo del ojo, y me asusté porque lo había dicho en singular. Pero cogió una linterna y me la enchufó en un ojo de la cara hasta que sentí que la luz se me clavaba como una aguja de hacer punto. Me salían unas lágrimas como jamones.

- El ojo se defiende llorando.

- Pues como le sigas agrediendo pasamos al ataque de ácido, que lo sepas.

El médico se ríe y pasa al otro ojo. Termina de deslumbrarme y me echa unas gotas.

- Ésto es analgésico, porque ahora te voy a tocar la córnea.

- Pues a mi novio que vas, que me has tocado la córnea. En cuanto llegue se lo digo y te vas a enterar...

Es lo que le pasa a un gato. Cuanto más acojonada está, más gilipolleces dice. El caso es que el médico tardó un poco más en tocarme la córnea, por que nos dió la risa floja y no era plan...

Ah, y soy apta. ¡¡Yuju!!

8 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaja... ¿te extraña que se riese? jajajaja
Yo suelo decir muchas gilipolleces, pero no me hace falta estar nerviosa :p

Hacha dijo...

Y el Rebi, le pegó??Jajaja

Gato dijo...

Hacha, el Rebi por poco no me pega a mí por salir tan tarde, :P.

Bolboreta, no es que de natural no diga tonterías... pero es que nerviosa me entra la verborrea y es un no parar...

Cristina. dijo...

Yo me operé hace cinco años y es el dinero mejor gastado de toda mi vida, y me costó más de lo que te va a costar a ti. Vas a flipar cuando mires a lo lejos, eso sólo podemos experimentarlo y gozarlo los que hemos sido miopes.
Saludos.

Adalias dijo...

Yuju por tu aptitud:)
Fui gafapasta hasta los 27, y despertarse y ver no tiene nombre..
Esos sí, vas a flipar con los sucio que está todo...a mi todavía me sorprende!!
:)

Cattz dijo...

¡Yo también me operé a los 27! Y es una GO-ZA-DA vivir sin gafas de ver. Y puedo usar las gafas de sol que me dé la gana, yujuuuuuuuuuu.
Y ahora me depilo el bigote cuando me hace falta.

mjjulieta dijo...

veo q últimamente en tu vida hay ilusión. chévere!!! nena, en tiempos de crisis no se puede hacer más.
besitos maulladores.

Gato dijo...

Cris Ham, bienvenida... es la frase que más he oído: el dinero mejor gastado. Hoy puedo corroborarlo!! :D

Adalias, Cattz... efectivamente, el nivel de detalle que se consigue no siempre es para ver cosas bonitas... mi bigote mis manchas están suuuuúper claras ahora en el espejo, juas. Pero mola igual.

Mjjulieta... MIAU!!