sábado, 7 de mayo de 2011

Esas pequeñas cosas...

Empezó siendo un día normal, más bien poco halagüeño, de curro. Contestando a mails con la diplomacia imprescindible para comunicar "este marrón no me lo como yo, porque no me sale del níspero y ya está bien, majo", revisitando entresijos de un programa de nóminas a medio dominar y coordinando la vigilancia de la salud con el servicio médico de los proveedores de prevención.

A medio día la cosa mejoró: me fuí a comer con Adalias al parque de al lado y el solecito y la charla me sentaron estupendamente.

Pero al llegar por la tarde a la oficina, me esperaba un regalo: una bolsa de la mutua. Había pasado la mañana confirmando citas para las revisiones médicas y por la tarde me llegaron los packs "mea aquí, polluelo, que analizamos tu pis por cortesía de la compañía". El pack en cuestión incluye un vasito de plástico y un tubo fino con tapa hermética a presión, sin rosca. El envoltorio traía las indicaciones. Que yo no lo sabía, pero la primera parte de la micción se tiene que desechar, y tomar la parte media del primer pis al levantarse.

Y llegó lo divertido: repartirlos.

- Toma, querido, para tí.

- ¿Ésto qué es? Ah... aaaah, ya.

- Exacto. Apunta bien.

- Huy, yo creo que si me doy maña lo puedo hacer en el pequeño directamente.

- Como tú veas, vosotros lo tenéis mucho más fácil, porque nosotras...

Marco una extensión en mi teléfono para hablar con el Responsable Financiero.

- Holaaa, ¿Qué tal?

- Bien, ¿Y tú?

- Yo muy bien. Que mira, que si tienes ya tu botepís.

- Yo no, éso es una finura. Yo tengo bote pal meo.

- Muy bien que me parece. ¿Has leído las instrucciones?

- ¿Instrucciones? ¿Qué?

- Tienes que desechar la primera parte. No es lo primero que sale. Es decir, tu empiezas, chorrillo fuera -bueno, mejor si es dentro del váter-, luego cortas, al vaso un poquín, y cuando tengas suficiente para llenar el tubo, puedes terminar donde quieras.

Y a la chica modosita:

- Toma, mujer, para la muestra del exámen médico.

- Ah, huig, vale. Muchas gracias.

- De nada. Eh, espera, ¿sabes dónde está el ecuador de tu vejiga?

- ¿Qué?!

-Sí, es que la muestra tiene que ser de la parte media, justo. Hay que desechar lo primero y lo último.

- Aaamhá. El ecuador. De acuerdo.

A veces, el ejercicio en los Recursos Humanos es maravilloso. Son estas pequeñas cosas las que hacen que merezca la pena ir a trabajar.

4 comentarios:

Antígona dijo...

Joder, ¿y para qué lo del tubo? Me ha dejado desconcertada.

Yo siempre me niego a los exámenes médicos que se ofrecen gratuitamente en el curro. ¡Qué ganas de preocuparse por la salud sin necesidad! :P

Besos!

Speedygirl dijo...

Quien diría que hasta la vejiga tiene ecuador??????? XDDDDDDDDDDDD

Adalias dijo...

Jijijijiji
En la Administración creo que hay que solicitar a tu vejiga que se ciña a las instrucciones. En plan burocrático.

Ahora me queda la duda de porqué se rechaza el primer chispigüischi...

A mi la comida también me sentó estupendamente;) muchas gracias y muchas veces.

Corresponsal en Palma dijo...

jaja, lo del botepís me ha encantado... y por cierto, que con tu post he descubierto que todos los análisis de orina que me hecho hasta ahora estaban mal, que yo no desechaba ná, ni sabía de eso del ecuador...
un beso muy fuerte!!!