Leonados (como los buitres)

La semana pasada estuvimos de vacaciones. Nos fuimos Rebi, Cachman y yo a un alojamiento rural estupendo en el que nos sobraban tres camas, y que nos sirvió de base de operaciones para visitar la tierra de León.

Estábamos en el valle del río Luna, así que planeamos excursiones varias... El primer día fuimos a León, en busca de un Mescabrona para comprar víveres. El segundo, hacia el sur, para ver Astorga. Allí nos encontramos con una catedral vetusta y falta de dinero para su conservación, pero muy bonita:

Dentro de la catedral había un museo lleno de cruces, estatuillas y casullas de obispos, pedrolos romanos y tumbas donde debían enterrar a grandes señores de baja estatura. Pero lo que más nos impresionó fue la imaginería de capillas y retablos del espacio ceremonial.

Aquí, el Angelico Estreñío. La cara negra la tiene de apretar. Una lástima.

Esta es la famosa Virgen Despechugá de Astorga. Luego nos duele la garganta.

Aquí, el Milagroso Niño las Greñas. Lo que le pidas, él, sus piojos o el lagarto de los pies te lo conceden.

Fuera de bromas, la catedral es muy bonita, y aunque necesita mucho trabajo de restauración, al menos parece que algo van haciendo. Si no, miren como esta señorita se deja las cervicales sentada en el mármol:

Por cierto que la oí suspirar y me sentí muy identificada con ella. Porque a las dos nos duele la espalda y porque compartimos banquete antideslizante de Ikea.

Y siempre recordaré con cariño la visita a la catedral, porque Zagloso me llamó mientras la visitábamos.

- Hola, dime.

- Hola, Gato. ¿Por qué hablamos tan bajo?

- Es que estamos en la catedral de Astorga.

- ¿Y has cogido el teléfono? Mira que a Dios no le gustan las ondas electromagnéticas.

- Ya, pero es que como ya vivo en pecado con Rebi, la cosa no tiene mucho arreglo.

- Eso también es verdad. Bueno, que tenemos reserva a las nueve y media en la Cueva del Cura para cenar.

Colgué, y mirando a la cúpula se me saltaron las lágrimas. Ya me había entrado hambre.

Compramos la entrada combinada para ver el palacio de Gaudí. Podríamos no haberlo hecho, pero lo hicimos. El caso es que por fuera, tiene un pase. Por el rollo infantil y la reminiscencia Disney... ¡¡Pero por dentro...!!

Estaba prohibido hacer fotos en el interior. Yo creo que por lo poco atractivo que es, para no desalentar a futuros visitantes. Tienen una exposición de cuadros de tercer año de las clases de pintura de Paquita, nativa ilustre de Astorga. La han titulado "Artistas leoneses contemporáneos". Estaba a punto de rendirme al hecho de que la entrada no lo valía por el poco interés del palacio, cuando vi la única pieza que me gustó, lejos, aislada en una estancia acordonada. Saltándome la norma de no hacer fotos (con el consiguiente resultado de nitidez sin flash y con zoom...) capturé la visión celestial.

Aquí, en borrosa exclusiva os lo presento: El Angel Sodomizador.

Salimos de palacio, y antes de acudir a nuestra cita, nos encargamos de comprar chocolates de kilo. Porque en Astorga saben mucho de hacer chocolate, y allá donde fueres cómete lo que allí vieres, díjole el Quijote a Sancho. Y ver chocolate, vimos a porrillo:

En Astorga, además de expendedoras de lotería guapas y sosas, tienen decoradores Kitchsz

Por fin, cargados de chocolate como la burra rinrín nos fuimos en pos de nuestra última misión: cenar en la Cueva del Cura en Valdevimbre. Allí nos esperaban el Zagloso y la Perli, y lamento no tener más fotos de la comida para enseñaros. El espíritu gocho se apodera de nosotros y raramente conseguimos fotografiar la comida antes de vaciar el plato.

A la tortilla guisada sí que llegué (otro se iba a encargar de cortarla y me dió tiempo):

No sólo un gato estaba feliz por la comida en la mesa. Una ilustre novelista frente a ella se vanagloriaba tenedor en mano. Ya saben quién es, pero por si acaso les he puesto un marcador de perla pop en su cabeza.

La única utilidad de colgar esta foto es que me valoren, del 1 al 10, el nivel de frikismo de su camiseta. ¿Mola o no mola mil?

Continuará...

Aunque no mucho, tampoco ós vayáis a creer...