Retales: en blanco y negro
El estampado en blanco y negro no acababa de encajar con las primeras piezas. Examinó el trozo de tela... bueno, había más retales con los que ir haciendo armonizar los distintos colores para acabar engarzándolos todos... Se lo imagina entonces, esplendoroso, grande, fuerte. Debió ser una persona muy particular, y a pesar de esa vertiente pública de fiestero, algo hubo de incomodar a más de alguno. En el tiempo de la guerra, cuando él se apañó para no meterse en ella - no fue amigo de políticas- una noche le rajaron el cuello. Volvía a su casa tarde, cuando no había luz en las calles, y un hombre le llamó desde lo oscuro:
- ¡Don Roque!
El Abu se volvió a ver quién llamaba, pero... quién fuera hizo un movimiento raro y salió corriendo. Se notó calor en el cuello, pero siguió caminando a su casa. Fue allí, a la luz, cuando vió que le habían acuchillado como a un marrano. Entre su fuerza y la suerte, la cosa no pasó de ser un susto.
4 comentarios:
Sigo admirando su destreza, yo que no paso de un mal pespunte a mano, o de pegar algún botón descolgado.
Y pirado no, sólo ligeramente trastornado (oligofrénico dicen los listos, ja)
Gracias, Motero, pero si tú hubieses conocido a Librada también podrías usar la alfamatic, ;)
Estoy de acuerdo contigo, las enfermedades mentales se van poniendo de moda: primero fue la paranoia, después el trastorno bipolar, y ahora todos son oligofrénicos. Curioso.
Señorita Gato, sus recuerdos de Librada me han traido a la memoria aquellos veranos de renacuajo en el pueblo, cuando por las torridas tardes, mi abuela y mi tía traqueteaban con la singer y hacían ganchillo mientras cantaban coplillas.
Ahora negaré que yo me coso las insignias a las chupas vaqueras. Imagínese lo que se comentaría en las concentraciones moteras, con esos tipos grandes y barbudos, si esto llegara a saberse.
Motero, nunca nunca le cuentes a nadie lo de las insignias, que no lo iban a entender... menos a tu abuela, que seguro que estará orgullosa, :)
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