domingo, 8 de febrero de 2009

La debilidad del villano

Un día cualquiera de la Era de las Traiciones, Gatomán llegó a su despacho por la mañana y Sberrow ya tenía una misión: Villano quería modificar unos contratos por sus santos cojones, cuestionando el criterio a la hora de hacerlos en determinada modalidad.

Para ello, no se había puesto en contacto con el departamento… lo había soltado estilo imperativo en otro foro, desmereciendo la efectividad del trabajo ajeno.

Gatomán, colérica, empezó a afilarse las uñas en el teclado de su ordenador… durante diez minutos. Después no aguantó más y dijo:

- Voy a hablar con Villano. Ya basta. Ya está bien.

Villano, que tiene un estilo de dirección tipo “C”, hace tiempo que acosa a Churrascomán y toda su banda, entre los que se encuentra Gatomán. El resultado es que Churrascomán está de baja, Marmes tiene crisis de asfixia por nervios y toma flores de bach, e Ipás tiene explosiones de llanto incontrolado, o se balancea con la cara desencajada, pendiente de cita con el cañero. Mámir y Vicma dudan de sí mismas, pensando que nunca han sabido realmente hacer su trabajo, Nemat hiperventila, Evatos vaticina ruina total para todos, Sberrow está triste y se pone enferma porque el estrés le baja las defensas y Gatomán tiene contracturas musculares en el estómago y duerme mal.

Cuando Gatomán llegó el proceso de acoso ya estaba en marcha, pero Churrascomán la advirtió y pudo observar a Marmes y Ipás y tratar de mantener la cordura. No es que lo haya conseguido, pero está abismalmente mejor que las otras… ha sufrido menos.

Ante esta última afrenta, se plantó ante la secretaria de Villano: Templance.

Templance es una alienígena menuda, de melenita blanca y aspecto inofensivo. Adora a Villano como si fuera su hijo en Alienigen Hotels; no en vano es un terrícola alienigenizado. Y percibe como celo profesional de Villano todas aquellas actuaciones que en realidad responden a una personalidad inmadura, llena de odio y de rencor, que subió al poder urdiendo una traición mayúscula y una vez allí, se proclamó dios absoluto.

Templanza vió entrar a Gatomán sin ningún portafirmas y, extrañada, le anunció:

- No está.
- ¿Cuándo vendrá?
- Tiene una reunión allí, luego otra aquí… tiene un día difícil.
- De acuerdo. ¿Podrías decirle que necesito hablar con él?
- ¿Qué te pasa?
- Que ya basta, Templance. No he hablado con él hasta ahora, pero ya se acabó.

Templance se dispuso a defender a Villano, creyendo saber por qué Gatomán estaba allí. Le dijo que Villano era el responsable y por eso auditaba y exigía comprobar cada minucia una y otra vez. Que no era falta de confianza.

- Templance, no se trata de que haya que mostrarle todo firmado una y otra vez. El problema es que cuestiona nuestro criterio al hacer nuestro trabajo. Mina nuestra autoconfianza constantemente. Plantea como errores nuestras actuaciones ante terceros sin ni siquiera consultarnos a nosotros por qué hemos hecho las cosas así. Si no confía en mi profesionalidad, que pregunte a los asesores y se ahorre mi sueldo.

Templance siente simpatía por Gatomán. Le gusta reconocer el genio de sus tacones desde la escalera; normalmente el resto de la gente arrastra los pies hasta su puerta. Pareció dudar de la corrección con que Villano había llevado algún detalle, así que prometió dejarle recado para que pudiera hablar con él. Añadió:

- Quizás es bueno que no esté ahora. Para que no digas nada de lo que te puedas arrepentir.

De lo que se deduce que todo el mundo ha de temer a Villano…

Por la tarde Mámir le dijo que Villano quería hablar con ella acerca de una reestructuración en su centro: “¡Está súpersuave…!”

Súper. Y suave. Gatomán fue a su despacho y no había nadie: ni Templance. Esperó en el espacio de Templance, y Villano volvió dando golpes en la pared y la puerta mientras llegaba, sin saber que había nadie allí. Como Freddy Kruegger arañando tuberías.

Al ver a Gatomán se sobresaltó y dijo:

- ¡Hombre! ¡Tú aquí!

Entró en su despacho y la llamó desde dentro.

- Me han dicho que has venido muy enfadada. A ver, cuéntame…- y se recostó en la silla, pasando el brazo por detrás del respaldo en posición vil chulesca.

- Pues sí. La verdad es que he venido bastante molesta. Me han dicho que quieres que cambiemos los contratos de X , Y y Z y, bueno, teniendo en cuenta que soy la HR de esos centros, creo que si algo no te parece correcto deberías habérmelo dicho a mí. Pero bueno, te voy a comentar por qué lo hemos hecho así, cuáles son las opciones si quieres cambiarlo y ya lo decides. Bla, blablabla, [tocho laboral] blabla. Pero bueno, si no te fías de mi criterio será mejor que hables con los asesores, y me pides lo que quieras: que yo lo haré.

En ese momento Villano se incorpora, saca tres contratos de debajo de unos folios y arrojándolos en la mesa y señalándolos con el dedo, grita que esos trabajadores no están en el centro en el que están contratados, que su jefe se lo ha dicho.

- ¡¡¡Eso no te lo han dicho a tí!!! ¡¿verdad?!
- Pues no, no he sido informada.
- ¡¡¡¡ENTONCES, TÚ HAS HECHO MAL TU TRABAJO!!!! ¡¡¡¡YO HE HECHO BIEN MI TRABAJO!!!! ¡¡¡LA SITUACIÓN ES MUY DIFÍCIL Y TÚ LA HAS EMPEORADO, Y NO TIENES NINGÚN DERECHO A VENIR AQUÍ Y MONTARLE UN POLLO A TEMPLANCE!!!! ¡¡¡Y AHORA YA PUEDES IR PIDIENDO PERDÓN A TODO EL QUE LE HAYAS IDO CONTANDO ESTA HISTORIA PORQUE ES MENTIRA!!!!
- Perdón, pero yo no puedo adivinar algo de lo que no he sido informada; osea que mi trabajo no está mal hecho. En cualquier caso la solución es que esos trabajadores estén en la zona que les corresponde, pero no cambiar sus contratos. De otro lado, yo sólo he hablado con Templance, y no veo que influencia puede tener eso en la situación de la empresa.

Pero no era la situación de la empresa. Es la situación del corazón de Villano. Porque Templance es su mami Templance, y su mami le había reñido por portarse mal con Gatomán.

Villano deseó matar: ¡ella no, mami Templance no…! Porque ella es la que le disculpará, la que le dirá, acariciándole el pelo, que hizo lo que debía; y se lo dirá cuando traicione, acose, envenene y mate. Quiso aplastar a Gatomán, y por eso se inventó una mentira que luego Gatomán descubriría: los trabajadores siempre estuvieron donde debían estar.

- Ah, y ahora que no está Churrascomán, tendrás que hacer la previsión de costes tú.
- Churrascomán me enseñó sólo la primera parte. ¿Me daréis formación para hacer el resto?
- Que te enseñen tus compañeras . Yo lo he estado haciendo muchos años y en un par de horas está hecho. ¡¡Dos horas no, diez minutos!!
- ¿Diez minutos? Perdón, tengo entendido que es algo bastante más complejo.
- Sí, hay muchos errores. Per cada uno que se enseñe solo.

Ante tamaña rabieta, Gatomán sonríe.

- Bueeeno. Haré lo que pueda.
- ¿Qué tiene tanta risa?
- ¿Risa? Nada. Digo que haré lo que pueda.
- ¡¡¡QUE DÓNDE ESTÁ EL CHISTE, QUE NO ENTIENDO POR QUÉ TE RÍES!!!
- Villano, yo sonrío siempre. Es que… sonreír me relaja. Pero no te preocupes, que voy a intentar hacer la previsión lo mejor que pueda y ya está.

Al día siguiente el Villano había dado órden de que Gatomán no estuviera en determinados acontecimientos laborales. La está desposeyendo de sus funciones. En la próxima reunión de resultados la acribillará por los errores en las previsiones que nadie le ha enseñado a hacer. Y se pasará el día acosando a Sberrow y Mámir, pero evitando a Gatomán siempre.

Pero Gatomán tiene dos ases en la manga: el primero es que puede chivarse a mami Templance. Y el segundo as… es que es capaz de sonreír ante su villanía.

De todos modos, busca trabajo. Otra vez.

6 comentarios:

B dijo...

Es triste mi consuelo...saber que no soy la única sin criterio en este mundo laboral tan enrarecido!! (ironía TOTAL, mi "filósofo", que ni siquiera es mi Gran Jefe, tampoco se fía de mi criterio)

Ánimo y suerte en la búsqueda

Besos

Vanessa dijo...

Conclusión: aburrida no estás.

Mucha suerte!!

Anónimo dijo...

Cuantos cabronazos hay por ahí sueltos... Madre mía.
Estás aguantando lo que no está escrito y te admiro por tus "ovarios" para enfrentarte a villano. Y encima quedar por encima de él con tu sonrisa. Como una señora, jeje.
Enhorabuena y ánimo!

Anónimo dijo...

Consejo: laxante en su café.Seguro que tiene su propia cafetera.
Es más difícil ser maloso cuando se va uno por la pata abajo...
Una amiga de una amiga de una prima lejana dice que lo hizo una vez.
ja!

Anónimo dijo...

Consejo de abogada: pregunta al sindicato y buscad juntas un experto en acoso, si os vais a ir igual a la calle al menos hacedlo jodiendole la vida, y si no id cogiendo bajas por estrés una detrás de otra... o todas a la vez, a ver cómo se las apaña.

A ese tipo de personas a veces hay que darles un poco de su propia medicina.

Gato dijo...

Bichejo, es propio de jefazos reclamar responsabilidades hacia abajo en lugar de hacia arriba. Luego las cuentas no les salen...

Querida, aburrida estoy ahora con las previsiones de coste. Si te enseñara una sóla de esas hojas de excel caerías roncando en tres segundos. Palabra de gato.

Nahi, es la valentía del que lo tiene todo perdido, no te vayas a creer...

Anónimo... Templanza vela siempre por su bebé. Y en este tipo de empresas lo más complicado siempre es conseguir accesos... a la información, a los jefes, a los recursos...

Min, ya está pensado. Sólo pendiente de detalles que el tiempo nos dé... pero lo de las bajas caerá por su propio peso con el tiempo.