De bichos y dimonis
Una de las cosas que más me gustan de esta isla es que aquí los demonios siempre se apuntan a la fiesta. Donde hay un sarao, ahí aparecen con su tridente y sus antorchas, dispuestos a pegarte un buen susto.
Los dimonis de Santa María son especialmente destroyers, ya me avisó Nayuana y así lo comprobamos anoche en el festival de Sa Rocketa. Un año después de que el temporal de agua y viento más destructivo que se recordaba, llegara hasta este pueblo dejando una estela de desastre (acordémonos de cómo quedó S'Olivera en remull) se celebró un festival de música y fuego:
Los dimonis salen de noche y te buscan el miedo... te acercan su antorcha a los piés obligándote a saltar, te acogen bajo su paraguas de chispas ardientes o te amenazan con una motosierra (joputa, qué susto me llevé con el de la motosierra. No tengo foto de él porque estaba demasiado ocupada gritando y pisándole el juanete al de atrás, del salto).
Aún así, algunos hay que gustan de jugar con fuego y no guardan las distancias de seguridad, pero un gato tiene demasiado pelo y es inflamable, y se mantiene siempre a buen recaudo. La Perli daba saltitos y gritaba "GUALA CÓMO ME GUSTAN LOS DIMONIS...!!!" y el Zagloso la miraba con cara de "No, si por estas tonterías te quiero yo..."
Una hora más tarde de lo previsto comenzaba a tocar El Bicho. Salió un chico con una chaqueta deportiva, una boina, una bufandita y una falda de vuelo. Nada más entrar en el escenario meneó su faldita con esmero. Y el resto del tiempo que estuvo sobre él... demostró un dominio total y absoluto sobre el espectáculo y la exhibición sexual. Un artistazo, este muchacho -aunque para mi gusto se excedió quitándose la camiseta y mostrando la ingle-. Que tenía a cuatro jipiosas enfervorizadas, subidas de rodillas en el escenario, que entre el yuyu de porros y la impresión de sus abdominales, anoche pasaron uno de los trámites más apretados para sus corazones rastafaris. Viendo el riesgo para la salud de las muchachas, el resto del equipo las iba echando del escenario, pero claro, la historia se repetía cada vez que el bicho del cantante apoyaba un pulgar en la cinturilla de su falda...
Y el concierto, aparte del muchacho, estuvo muy bien, muy divertido. Pues éso, que totalmente recomendable...
Avance informativo: próximamente en este canal "¿Qué dices Perli, que nos han metido en qué de chicas?"
8 comentarios:
Tía, los odio... a los dimonis y a los bichos.
Y sí, nos han metido en un sarao sólo para tías. A mí también. Estará diver, ¿no? ¿O qué?...
jajajaja güeno.
es que yo no tengo muy claro que entre la definición de chica chick lit. es que no me gusta ese tipo de literatura y Sexo en Nueva Yol me da repelús.
Pero bueno, a lo mejor la gracia está en que se busca un amplio espectro femenino.
¿Espectro?
¿Fantasmas?
¿Zombies?
Guala, como mola!!!!!!
Van Hessa, me temo que me voy a desmarcar con lo de chicas... que me ha entrado un ataque de acidez en el estómago...
Perli, es que me ha entrado la vena chunga... y sabes que cuando empiezo... no puedo parar...
Joer, que suerte, aqui en madrid tenemos a los canis, que igual quemarte te queman con algo, pero eso de cobijarte bajo un paraguas... pues me da a mi que no.
Claro, que tampoco creo que vayan muchos canis a conciertos de El bicho :D
Yo, Rebi, había mucho buenrollista piesnegros y nosotros, que nos habíamos colado.
Lo del correfoc iba acompañado con música infernal, con unos coros muy turbios y con sonido de cuernos y trompetas apocaliptícas. Vamos, que aquello era el puto fin del mundo!!!!
Bueno, no teneis pinta de canis, mirusté.
Jajaja, ¿tu no has visto una obra de teatro que se llama 666? no se por que me da que te iba a molar, en especial el final.
Mmmm... yo odio la literatura chiki chiki esa. La serie de Sexo en NY sí me moló.
Mi experiencia en concierto de El Bicho es estar rodeada de canis preadolescentes gritando
BIIISHOOOOOOOO PÍCAMEEEEEEEEE
verídico y espelusnante
Más que el correfoc y los dimonis juntos
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