Otro de bichitos

Estaba un gato tomando el sol plácidamente, pensando en la moraleja de la historia anterior, o en que le tocaba cortarse las uñas de los piés, no me acuerdo muy bien, cuando aparecieron en los aledaños de la piscina dos preciosas libélulas rojas.

El gato entró corriendo a por la cámara. Salió, y persiguiendo a una de ellas (la otra se perdió) consiguió captar ésto:

Entonces la libélula se fué.

El gato volvió a la tumbona. No podía evitar llamarla...

- ¡Vuelve... ! ¡Libélula, vuelve...!

Y al cabo de un rato, asombrosamente, la libélula volvió. Entonces el gato consiguió estas otras instantáneas (anda, como el nescuick).

Y entonces se le acabó la bateria. Una faena, porque la libélula se estaba gustando, y cada vez toleraba más cerca al gato, siempre que éste se arrastrase por el suelo. El gato buscó el cargador de la batería y lo dejó unos minutos, esperando que la libélula no se marchase.

- Libélulaaaa, Libelulita boniiiitaaa, la cámara te adora, no te preocupes que el gato no te hará nada, y saldrás monísima en las fotos...

Y la libélula se quedó. Así que puso la batería a medio cargar y antes de que la cámara volviera a apagarse consiguió estos planos:

¿No es una preciosidad? Estoy pensando en domesticarla. ¿Alguien sabe qué come una libélula?

P.D. Para conseguir estas fotos un gato se estrosó las rodillas en el suelo, la mordieron las hormigas y pisó descalza una mierda de la Elsi. Así que quiero un puto aplauso.