martes, 22 de julio de 2008

Eufronio

El gato anda todo el día con Leoncio para arriba y para abajo. Conoce tanto cada curva que a tramos conduciría con los ojos cerrados. Si no fuera porque puede atropellar a Eufronio, claro.

Es que en la carretera siempre hay un señor caminando:gorra de visera, jersey bajo una bata blanca, pantalones de tela gruesa, una lata de cinco kilos en una mano, y una bolsa de plástico en la otra. Es el pintor. Va de un sitio a otro de la compañía retocando paredes y techos, y siempre va a pie. También va siempre con la misma ropa. Dos mangas, con la bata. Y le da igual que lluevan chuzos de punta o que estemos a 38 grados: su vestimenta es la misma.

El gato sospechaba que era especial, por su modo de andar, el aspecto huraño, la tozudez en el traje... Pero no podía menos que compadecerse cuando lo veía caminar sudando, con el sol cascándole en picado, mientras ella iba en Leoncio escuchando a "All the mad men". Y después de varias ocasiones, en que el pie se le iba al freno pero luego le entraba miedo y continuaba, un día paró a Leoncio y bajó la ventanilla.

- ¿Quieres que te acerque a la carretera de arriba?

El pintor se mostró muy contrariado y empezó a contestar tartamudeando:

- No-no-noooo-noooquieroquemellevesaningúnlao. Nno-notienesqueeellevarme, nnoonó

El gato pensó que lo había ofendido y había metido la pata. Si ya sabía que no tenía que pararse...

- Ni-ni-quiero que vuelvas a hacer esto de pararte. Gra-gracias ppepeero no tienes que ppappapararte veas lo que veas. Que tú eres mu guapa y no sabes lo que hay por el mundo.Que mi padre era policía y tú no sabes lololoque te puede pasar.

- Ah, bueno, pero yo sé que eres el pintor y trabajas para la compañía... y siempre te veo, con todo el sol caminando, y me sabía mal...

- TTuttú porésonotepreocupes, que yo estoy acostumbrao. Ppepero no vuelvas a hacer ésto nunca ¿eh?

- Vale, de acuerdo.

- Mimil gracias, pero no.

- Vale, de nada; gracias a tí.

Y el gato siguió su camino.

Poco después, en una inspección de prevención de riesgos, supo el nombre del pintor protector de féminas descalabradas. Habitualmente las tuberías de agua caliente se pintan de rojo y las de agua fría de azul. Pero en el techo de la lavandería, que se cayó en un incendio hace años, en lugar de rehacer el falso techo, se decoraron las tuberías. Así el extractor, los conductos de aire, las tuberías y las rejillas fueron pintadas de verde, rojo, azul y amarillo de modo que parece el decorado de un adicto al parchís. En un cajón azul celeste, Antonia le obligó a firmar su obra maestra.

Y allí está: Eufronio97.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

hola!!
llevo tiempo pasándome por este blogg y reconozco que me ha costado pillarle el truco a su original redacción.

pero seguiré pasándome porque por fin entiendo todo jijijijijiji

un besillo de una mami de gata siamesa.

Anónimo dijo...

ains, pues yo creo q todavia no le he pillado :)

madre de dos gaticos

Chirly dijo...

Yo creo que hacen falta muchos Eufronios que pinten los semáforos de rosa, los buzones verde pistacho, los taxis de azul eléctrico y los camiones de bomberos amarillos fofi. Con lo limitaditos que somos sería divertido ver el caos que se formaría, jijijijiji

belenmadrid dijo...

me ha parecido una historia preciosa, aunque triste, pero estoy segura de que estará orgulloso de su obra, seguro.

Hacha dijo...

Qué lindo!!!!!Esas personas que parecen tan fuera del mundo son las que te hacen sonreir en este mundo tan mierda.Y no es cuestión del día, objetivamente el mundo es una mierda

Gato dijo...

Esa es mi hacha, haciendo honor al nick.

Geminis, las historias pululan por todas partes. Es sólo que se nos olvida salir con los ojos y las orejas puestos cuando estamos liados...

Chirly, un mundo parchís no es mala idea. La pintura es barata...

Mijulieta, Neka, bienvenidas. Mi estilo es como los chistes malos. Si no lo pillais no paseis pena ;P

Antígona dijo...

Estoy de acuerdo con Hacha. Me encantaría ver ese techo, que debe de ser una auténtica obra de arte.

Felicita a Eufronio de mi parte si vuelves a encontrártelo. Que aún quede gente como él por el mundo me lleva a mantener todavía un pelín de confianza en él. Lo cual ya es mucho.

¡Un beso!