lunes, 14 de abril de 2008

Granaínos de altos vuelos

La semana pasada fue mi cumpleaños. La Perli, Zagloso, Tretze, Jer el des-tractor, Nayuana y Nanür me asustaron con un ¡¡¡SORPRESA!!! en el zaguán de S'Olivera en Remull y me llevaron a cenar y no me dejaron pagar. Y me regalaron dos libros de Alicia en el país de las maravillas preciosos y una caja con forma de libro. Mi abogado ha decidido cobrarme cuando gane el juicio (y no ahora que no le puedo pagar. Vamos, que ha decidido seguir siendo mi abogado). Mis padres me han invitado a volar en el fin de semana para celebrar los cuatro cumpleaños de las cuatro de Chershire de abril (Hacha entre ellas). Mi hermana Nuevemil me ha regalado una crema activadora de la melanina. Después de 31 años, este verano sí me voy a broncear, juas. Vuelvo a tener un trabajo estimulante y estresante que me permite repetir mi perfil laboral de saturada que hace reconocer mis defectos intactos a lo largo de los años. Este finde viene a verme mi chorvi a verme, que no solo de cornfles vive la mujer; que también necesita sexo. En fin, ¿qué más puedo querer en esta vida?

Y nada, que el gato en los aeropuertos siempre tiene aventuras. Después de varias experiencias decidió jugársela un poco menos con aquello del tiempo para facturar. Pero a cambio la vida aeronáutica le regala joyas como esta:

Llegada al Aeropuerto (juas) de Granada. Perdón, ahora aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén. La remodelación está en el nombre, porque las pistas no han ganado ni un metro. Ah. Y vaya hijoputa el piloto de ErEuropa... no recordaba un descenso tan chungo desde mi tierna infancia, potando en la noria.

La cinta de maletas es como un braintraining. Va a toda hostia y tienes que fijarte en color, dimensiones, maneta y rueda de tu maleta a toda velocidad. Detrás de mí había un señor con un acento más granaíno que el mío, casi gritándome en la oreja con la peste a tabaco...:

- ¡¡EHTA NOOO EEEH!! ¡¡EHTA NOO EEEH!!! ¡¡EHTA NOO EEEH!! ¡¡EHTA... TAMPOCO EEEEEH!

A puntico estuve de volverme y decirle: "¡Adivine la probabilidad de que la próxima maleta que salga por las cortinas sea suya o de cualquiera de los otros 185 pasajeros!".

Dos días más tarde vuelvo al Aeropuerto Federico García Lorca Granada -Jaen y resto de Andalucía si enlazamos con los autobuses. En el control de seguridad una señora se despide de su madre y no deja de hacerle recomedaciones. Y que me llames, y que no tengas miedo y que tengas cuidao... Pero no oí la recomendación que motivaría este relato... "Mama, tú pégate a alguien que haya volao más veces y haz lo que te diga".

El gato lleva escrito en la frente dos frases de carácter genérico que condicionan sus relaciones sociales. Una es "Soy la reina de los aeropuertos". La otra "Adopto abuelas". Así que cuando me senté a esperar para embarcar con mi libro, la señora se me acercó y me preguntó "¿Me puedo sentah?". Era una llamada de socorro ¿Me puedo sentah que el-la primera vez que viaho en avión que mi hiha ehtá muy preocupá y yo no sé por dónde hay que entrah, pero yo me pongo a tu lao y te cigo y ni ciquiera te vah a enterah de que 'htoy aquí? Y el gato sólo pudo decirle "pues claro señora".

Se acabó mi lectura. Iba a ver a su hermana que estaba ingresada y sola, y su sobrino la iría a recoger al aeropuerto.

- ¿Lleva móvil?
- Yo no uzo de ézo, que no me guhtan a mí ezah cozah!
- ¿Y en qué parte del aeropuerto ha quedado con su sobrino?
- Pues allí, cuando llegue.
- Mire que el aeropuerto de Palma es grande...
- ¿Cuándo noh montamoh?
- Ahora llamarán a la puerta de embarque. De toas maneras no se preocupe, que tenemos el asiento asignao. ¿Sabe dónde tiene que sentarse?
- Aquí ma dicho mi hiha que viene...
- 23D, éso es pasillo.
- Sí, eso me ha dicho el cuñao de mi hiha que es de esos que venden desto.
- ¿Trabaja en una agencia de viajes? ¡Anda, pero si yo también estoy en la 23, en ventanilla! ¡Qué casualidad! -ingenua de la vida...
- ¿Cuándo noh montamoh?
- Ahora nos llamarán, no se preocupe que yo la aviso.

En el camino tuve que evitar que la señora se fuera contra la turbina. En la escala, que se escoñara con la bolsa de deporte y el bolso. En el pasillo la salvé de morir asesinada a manos de la mitad de los pasajeros porque se había plantado en mitad rebuscando en su bolso y no se movía.

- ¿Le da miedo violar - maldito subconsciente- que diga volar?

Se encogió de hombros.

- Eh la primera veh...

- Póngase en la ventanilla usted, así mira el paisaje. La isla se ve muy bonita desde arriba...

Le subí la bolsa de nilon. Al bolso lo abrazó como si fuera un bebé bajo las tetas. Antes de que le abrochara el cinturón se quitó su rebeca de croché azul y se quedó con su camisa sedosa de leopardo gris. Las cejas pintadas de marrón miraban con condescendencia el ala del avión. Si en mi frente se leía "Adopto abuelas" en la suya el mensaje era "Y tanto pa éhto". Leí una oración en sus labios antes de despegar. Por no despreciar a dios, básicante.

Le eché un ojo un par de veces, a lo largo del viaje, a través del pasillo. Pero estaba en su salsa la abuela.

Aterrizamos en Palma. Una mirada suya me ordenó bajarle la bolsa del portaequipajes. Salimos a su paso y ella me seguía para ir a buscar las maletas. Le prometí ayudarla con la suya (estaba segura de que era un baul lleno de chorizos que cargaría y no probaría nunca, pero se lo prometí).

- ¿Farta muncho pa llegah?

- Un poco, pero no se preocupe. Venga, venga por la cinta mecánica...

- No, por ahí no que a mí no me guhtan ezah cozah que a ver si voy a dah un trancazo. La ceñora de al-lao me dicía "Mira que habénnoh puehto en lah alah, qué miedo, pero no se azuhte" y yo le dicía "¡¡Pero ci la que tiene mieo eh uhteh, que a mí no me da mieo ninguno!"

Como había un poco de pendiente me clavó los dedos en el brazo como garfios.

- Mi maleta eh roha, y mi hiha le ha puehto una cinta verde.

Cada maleta roja, rojiza o naranja, grande, o enorme, rígida, semirígida o blanda, de lona o de plástico, con ruedas o sin ellas... me decía:

- A ver... ¿Ehtaaa?

El gato manipuló trece maletas que se acercaban estéticamente un -40% a la maleta que realmente pertenecía a Juana, para comprobar que su nombre y sus dos apellidos no figuraban en la etiqueta.

- Ehta ha pasao doh veceh!! ¡¡ A veh si va a seh la miiiíaaa...!!

- Juana, que esa lleva el lazo blanco. ¿Seguro que era verde?

- Zí, verde.

- Pues ése es blanco, así que no puede ser.

- Ya, pero ha pasao doh veceh!!

- Hay muchas maletas aquí Juana, no se preocupe. Además, la mía tampoco ha salío.

Al final era rosa oscuro la maleta. Y pesaba como la propia Juana, por lo menos. Salimos y el sobrino no estaba. Sacó un papel con el teléfono y le llamamos. Saltaba el contestador.

- Tanto móvih, tanto móvih... no cirven pa na!!

- A ver, Juana, no se preocupe. ¿Tiene el teléfono de su hija?

- Zí, aquí apuntao.

- Pues la llamamos a ella.

Al final llegó el sobrino y el gato entregó a la abuela sana y salva. A lo mejor un día el gato llega a ser vieja y necesita de un alma caritativa que la ayude a montarse en nave espacial en el éxodo a la otra galaxia. Espero encontrarme con algún pardillo que me deje clavarle la zarpa en el brazo...

6 comentarios:

Rebilated dijo...

Pues felicidades, pardill... estoooo gato.

¿Pa que santiguarse ni leches? en una gualla desde tan alto no se salva ni dios, y si no se salva el mismo como para que salve a otro.

Por cierto, menudo acento tienes escribiendo :D

Anónimo dijo...

¿Seguro que la señora no se llamaba Cándida? Me gustaría ver a los antipáticos guardias del Charles DeGaulle ante tan magno ejemplo de poderío español, perderían la paciencia mucho antes que los gabachos de Pepe Botella.

querida_enemiga dijo...

¡Uno! Felicidades.
¡Dos! A disfrutar.
¡Tres! Aventuras aéreas molan.

¡Cuatro! El robocop.

Tienes un pedazo de corazón... ¡Viva tú!

Gato dijo...

Querida, Gracias, se intenta, �so hay que vivirlo, yo prefiero Heeman.

Y no tanto, no vayas a creerte.

�Pues no que tu comment me recuerda a la canci�n de nuestro petrimetre de eurovisi�n?

Pigmali�n, C�ndida no... una simplificadora de vida que era esta mujer. La edad, que le salta la sabidur�a a la gente pafuera.

Rebilated, como aquel piloto que dec�a a los pasajeros "Abrochense los cinturones, pongan la cabeza entre las piernas y metanse el DNI en la boca, porque de la hostia que nos vamos a dar no les va a reconocer ni su puta madre".

S� que es burro... pero a m� me hace gracia.

Rebilated dijo...

Si, si que es burro, pero si, a mi también me ha hecho gracia :D

Anónimo dijo...

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