martes, 28 de agosto de 2007

Mi zumbido gátido

Gatomán se levantó de un triple salto con tirabuzón mientras la Gatocama se hacía a sí misma y se preparó un superdesayuno de “listospalapelea”. Sería un día duro. Así que bajó a la calle, cual ciudadano común, y se montó en su Gatomóvil para dirigirse a la central de operaciones. Era domingo, y el viernes se le habían olvidado allí unos documentos muy secretos que tendría que dejar en el primero de los destinos de la misión.

El día estaba ceniciento. El flujo del tráfico impreciso. Su zumbido gátido le avisó de que era un día propenso a tener accidentes, así que Gatomán incrementó la sensibilidad de sus bigotes y condujo muy alerta.

Llegó al lugar donde tenía que entregar los primeros documentos muy secretos y cumplió su misión: los entregó en el despacho del agente de la Zona Sur. Se sentó con él, charlaron amigablemente de las últimas misiones, y le dejó disculpándose por la prisa: se dirigía al norte, en donde se montaría en un trasanlántico con su Gatomóvil para llegar a Groenlandia y enfrentarse a su segundo gran enemigo: el Inspector Sanitus. Que el primer enemigo era el Moco Verde, éso lo sabe todo el mundo.

Volvió a montarse en el Gatomóvil. Su zumbido gátido se hizo de nuevo intenso, y nuestro superhérue mantuvo sus instintos felinos alerta durante la conducción. Gatomóvil rugió fuerte y seguro y llegaron al norte, en donde esperaron la hora de embarque.

El trasatlántico llegó y bajó la rampa. Cuando Gatomán se dirigía hacia ella, tuvo fantasías negativas de caer al mar dentro del Gatomóvil, con el zumbido gátido vibrando que te cagas. Pero los marineros le indicaron el camino y la operación fue realizada sin mayores incidencias. Dejó el freno de mano y una marcha puesta y subió a la cubierta.

Fueron tres horas de trayecto y luego bajó a las bodegas, para desembarcar con Gatomóvil en Groenlandia. Tenía una ligera idea de dónde ir, y tras dar dos vueltas en la primera ciudad consiguió encontrar el camino que le llevaría al escenario de la lucha con el terrible Sanitus. Menudo palizón le había dado el año pasado. Pero Gatomán había madurado un montón, y esta vez tenía a la microbiología de su parte; se iba a enterar Sanitus, ¡ja!

Por fin llegó a la delegación de Superherues de Groenlandia. Introdujo el Gatomóvil delante de una de las barreras para entrar en el parking y entró en la recepción. Allí dijo una contraseña muy secreta y le dieron un mando para abrir LA OTRA barrera.

Así que Gatomán dio marcha atrás para girar hacia la otra barrera, giró el volante todo lo que daba, mirando los arriates de flores y puso la primera marcha. A to ésto, el zumbido gátido callao como una puta. Ni zzzumm-zzzummm ni hostias. Entonces aceleró, y oyó un ruido horrible mientras el morro del Gatomóvil se elevaba anormalmente. Un bolardo esférico de cemento invisible QUE NO ESTABA cuando llegó Gatomán, DE REPENTE se volvió visible; en concreto blanco tiznado de la tonalidad verdazul del Gatomóvil. Gatomán oyó el daño en su vehículo sin entender qué sucedía: claro, el clásico arma invisible que se vuelve visible para desmoralizar al enemigo haciéndole creer que es un torpe: LA PRIMERA TRAMPA DE SANITUS. Cómo había podido caer ... Salió del Gatomóvil y vió que perdía líquido por los bajos. Con gran pesar, puso la zarpa bajo el chorrito y se la llevó a la nariz. Uf, hedía a limpiacristales; se había cargado el depósito del limpiaparabrisas…

Cuando por fin dejó el coche en el otro parking, Gatomán se echó un par de lagrimillas de superhérue. Osea, lagrimillas muy secretas. Que Gatomán es de las que se comen los kiwis sin pelar, mucho cuidao.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Espeluznante! (por lo largo, que la historia pshhh).

Gato dijo...

Mart�nez!!!

Anónimo dijo...

jajaja.

Anónimo dijo...

Salió del Gatomóvil y vió que perdía líquido por los bajos

(el gatomovil, ¿verdad?)

Con gran pesar, puso la zarpa bajo el chorrito y se la llevó a la nariz

(parece que no era el gatomovil)

Uf, hedía a...

(NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO¡¡¡¡¡¡)



;)

Antígona dijo...

Jajaja, Gatomán, lo de comerse los kiwis sin pelar es desde luego de superhérues recios y curtidos, así que lo de las lagrimillas, en fin, sería porque el limpiacristales irrita los ojos... ¿no? ;)

Por otra parte, ¿por qué será que los bolardos esféricos de cemento tienen esa tendencia a hacerse invisibles en los momentos menos oportunos? Eso, o que los poderes de Sanitus tienen más alcance de lo que nos imaginamos. Hay que joderse...

Bueno, Gatomán, lleva cuidado en tus misiones, que ya veo que la vida de superhérue es dura y complicada.

¡Un beso!

Anónimo dijo...

No puedo esperar a leer más aventuras de gatomán. Esto se merece un serial radiofónico. Apasionante oye.

querida_enemiga dijo...

¿Y todo eso un domingo? ¡Que es el día del señor...!

Anónimo dijo...

querida gato, que no. Que he leído atentamente el relato y es precioso.
Hala, Un abrazo.

Achab dijo...

¿Los kiwis se pelan? Luego me diras que también se mastican.

Y a todo esto... ¿tú no eras gatowoman?

Perlita de Huelga dijo...

Pero Gato!

Yo compartiendo el baño y el maquillaje contigo y resulta que eres un hombre!!!!

(tremenda, tremenda)

Gato dijo...

Perlita, Achab, a vueltas otra vez con lo de mi dichosa identidad sexual. Como se dice en mi tierra, "¡Que me dejéien pá, ya!"

Martínez, si ya sabía yo que me querías.

Querida, el día del señor, que es que los barcos tienen unos horarios que mandan...

Antígona, me han propuesto crear la asociación de "Damnificados por los bolardos asesinos". Es que mañana llevo a Leonc...que diga Gatomóvil -sí, Rebilated, eran SUS bajos- al taller y he pensado dar otra versión más creíble: "yo estaba aparcada perfectamente cuando un bolardo de cemento, completamente fuera de sí, poseído por una psicopatía , se vino contra la parte inferior izquierda del coche y no tuve tiempo de arrancar y dar marcha atrás para esquivarlo"

Pigmalión, bienvenido. Hazañas no sé, pero aventuras fijo. Asín es mi vida.

Antígona dijo...

Gato, que te he dejado un "regalito" en mi blog. ¿No te ha avisado tu zumbido gátido? Uyuyuy, que vas a tener que revisártelo... :)

¡Un beso, guapa!