Todavía estoy buena

Es la sensación de que, a pesar de todos los pesares, todavía tiene una oportunidades en la vida.

Pues bueno, no está nada mal. Laboralmente aun resulto atractiva para las empresas. Que no deja de ser una inyección de ánimo.

Como conté el viernes, actualicé mi currículum más o menos y me dí de alta en una bolsa de empleo de la intenné. Miré lo que había en la isla, y me apunté a tres ofertas de trabajo. Una medio feílla por lo de "nunca se sabe qué ofrecen realmente". Otra moloncísima para la hubiera dado el do de pecho... si no hubiera sido porque, según ví después, la selección ya estaba hecha, aunque no hayan descolgado la oferta. Y otra de una multinacional tipo fluss-osea, con una descripción de puesto un poco estresante [mensaje subliminal: "absténganse pardillos de medio pelo, que ésto va en serio. Y al que no se abstenga, que apriete el c*l*". El mensaje había surtido efecto; sólo hay doce inscritos en la oferta, en concreto once personas y un gato]. En esta tercera me apunté, jodida porque mi inglés sea "macarrónico" (término cortesía de Corresponsal en Palma) y con el ánimo de "por si suena la flauta".


Pues ha sonado. El lunes me llamaron para hacer una entrevista. Me pilló comiendo "disculpe, tendría que mirar mi agenda cuando vuelva a la oficina para ver cuándo tengo un hueco... ¿Puedo llamarla más tarde a este teléfono y confirmarle?". Ésto es lo que se conoce vulgarmente como una tirada de moco. Voy de bólido, pero no tengo tantas citas cerradas como para no sacar un hueco.

Al llegar a la oficina descubrí que me había mandado un mail por la mañana, y que como no le había contestado había decidido llamarme a medio día. El mail decía "su currículum es muy interesante".

¡¡¡Todavía estoy buena!!!

Y mañana, a ponerme mona. Con gafas, que quedo más seria-intelectualoide. Diplomática, con pantalón de sastre y camisita. Y ya os contaré qué tal la oferta, y qué tal estuvo el gato cazador cazado...