Dos encerronas en un día
- Joder Perli, en lugar de despertarme, parece que el café me esté durmiendo.
Y la Perli ha salido de casa antes que yo. He tomado el camino para llegar al aparcamiento sin ley, que es un sitio relativamente cerca de la Gata Perlada en el que suelo dejar el coche, ya que nosotras tenemos zona azul.
Ayer tuve que dejar a Leoncio encima de la acera, en el aparcamiento sin ley. Existen dos esquinas que pueden alojar dos o tres coches sobre la acera, respetando siempre las entradas a ellas en el mismo paso de peatones.
Pero hoy había un coche que no había respetado esa salida. Nos había dejado encerrados a tres coches dentro. Pero sólo yo tenía que salir en ese momento. Y he pitado, y pitado, y nadie salía. El aparcacoches, enseñandome sus dos dientes a la deriva en la encía, me ha dicho “así no se puede trabajar. Mañana nadie aparca en la acera, porque luego los locales me llaman la atención a mí; así que mañana, todo el que esté en la acera tiene multa.”
Pero el cabrón, o la cabrona no aparecía. Una hora, UNA HORA HE ESTADO ESPERANDO. He llamado a la empresa para avisar –ya no quería ir en bus, no quería dejar el coche a expensas de la grúa y no encontrarlo. Mi saldo son 20 € y no lo iba a poder recoger hasta cobrar la nómina el mes que viene…- y he esperado.
Al final ha venido la dueña. Me ha visto y se ha dirigido a su coche como si nada. Mi boca ha dicho educadamente que era una insolidaria, que no podía encerrar al resto de coches: todos aparcamos mal por la falta de espacio, pero respetando a los otros coches. Y que llevaba allí “una hora, ¡UNA HORA!”. Ha puesto cara de lo siento mucho, yo no sabía, yo no quería. Mi boca ha dicho eso pero mi corazón emulaba a Be: MUERTE Y DESTRUCCIÓN.
Los Pixies me han rescatado en el trayecto a Son Castelló con esto:
Razones por las que ésta canción tiene la virtud de purificar malos humos:
1- Ritmo: Mete caña. La batería es simple pero contundente, acompaña el sentimiento de rabia y exonera de insultar a la susodicha alcornoque insolidaria con carnet de conducir y coche.
2- Letra: un guiri cantando en castellano exorta directamente a la imbécil a la que se alude en la razón una, y dice textualmente “Puñeta cabrona”. Mola.
3- La guitarra de Joey Santiago. Ese arrastre corto, repetitivo y agudo- no sé cómo llamarlo (disfrútese en el momento 0:46 - 1:00)- siendo cañero, es de tinte positivo. Introduce el estribillo “Vamos a jugar por la playa”. [Me lleva a un peloteo con amigos en una playita de Vigo. Jugábamos descalzos en la arena, dándole patadas al balón; empezó a llover y continuamos entre risas, alguno con el cigarrillo húmedo entre los labios.]
4- Gañido Pixies: recomiendo ir al minuto 2:40 de este video para entender el poder liberador de cantar “Vamos”. El gañido Pixies es algo que se puede ensayar, aunque es difícilmente reproducible; no obstante, deja salir toda la ira y termina dejando la sensación de un niño travieso mirando la piel del tambor que se acaba de cargar con la baqueta.
Así que, por hacerme llegar a la oficina sonriendo y dando los buenos días, después de un cabreo monumental, posponemos la historia de la segunda encerrona del día –que se ha dado antes de las 13:30- y damos un gran aplauso a , señoras y señores...
14 comentarios:
Joder, tía, mira que yo llevo años aparcando allí y no me han pasado tantas cosas como a ti...
¿Y no la has matado? Tanto odio tiene que ir a alguna parte.
Sí, a largarnos a nosotros el vídeo éste. En mi pueblo había un grupo parecido, pero los lapidaron.
Desde luego hay que ver lo que puede provocar que lo encierren a uno.
Perlita, tengo iman para la mierda y los problemas... ¿que no te habías dado cuenta? No la he matado porque eran las 11:00 cuando salía de allí. Y a la 13:15 tenía endocrino en Son Llatzer... tenía que hacer acto de presencia en la oficina un ratillo, o algo.
Martínez, un respeto mu bonito, que hablas de los Pixies. Que yo no me he metío contigo.
Que historia, yo la huebiera... fulminado, con la mirada, ejem... y vaya canción de Pixies, te idolatro gatitooooo
El batería era muy amigo mío.
Está claro que eres el gato más punky que conozco. Yo es que para esas situaciones prefiero a Deep Purple.
Zagloso, si es que eres un clásico, pa tí los del Olimpo. Yo me busco los raritos - no por nada, es por hacerme la interesante-.
Martínez, pues preséntamelo, que éste es el momento de poner historias fugaces con hombres extraños en mi vida.
Neblina, cielo, creo que su cara de yonosabíayonoquería era en respuesta a mi gesto de hidra, porque las palabras han sido diplomáticas. Y tú sí que eres lo más... ¿Nos hacemos alitas pixies para el próximo encuentro?
No, el batería de verdad no, el apedreao.
¿Pero está bueno?
JAJAJAJ, es broma, tío.
Sordo, totalmente sordo. Lo dejamos.
Nena, pues el sábado pasado salíamos mi novio y yo de casa, teníamos mesa reservada y un capullo había dejado su pedazo todoterreno ahí puesto y no nos dejaba salir, ni a nosotros ni a dos más. Un caos. Llamamos a la urbana, le pusieron la super multa y justo cuando la grúa venía a por él, el muy cabrón salió de donde estaba... tan acojonado que no pilló la multa del parabrisas, jajajaja. Para matarlo.
Nada, en el pecado tuvo la penitencia. Mi problema fue que... yo también estaba encima de la acera, mal aparcada; así que no podía llamar a la grúa.
A mí Los Pixies me ponpen del revés... Es que los veo un poco soliviantados a los muchachos, no sé.
Gato, ¿has visto la Perli? Ha dejado el blog niquelao.
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