Chan (II)

- Hola Chan ¿Qué tal?

- Bien, pasa. ¿Cómo ta Jota?

- Bien, bien... se quedó desconcertado, pero bien. Está muy liado con lo del restaurante.

- E muy complicalo, con tlabajo, podé hasé bien...

- Bueno, ¿Me desvisto? - me estoy volviendo una golfa-

- Sí, pol favó

Me sienta y empieza por la espalda y el cuello y la cabeza, como la otra vez. Cuando me hace pasar a la camilla me dice, tocando mi espalda:

- Ha cambiado, cuelpo inteliol. Aola dihtinto. Mehó. Tu nota plimelo cambia cuelpo, pelo depué cambia mente tambié. Mente tambié mehó.

Me empiezo a reir y le cuento que me he sentido mucho mejor, pero que como veía que estaba mejor, me he puesto a hacer el triple de cosas y al final me he cansado. Chan empieza a reirse. Entonces le pregunto:

- Una amiga de Madrid me ha preguntado si conoces a alquien que trabaje como tú en Madrid.

Chasquea la lengua y contesta.

-Mucha gente plegunta lo mihmo, pelo no conose a nadie. E muy difisi. Agata Luí de la Plada dise lo mihmo... cada velano viene mucha gente, de familia que avisan y vienen... Ágata Luí de la Plada viene do vese pol semana pala lecupelá de todo año, un mes, un mes y medio... y plegunta pelo no conose allí nadie.

Va hacia su estantería de aceites y libros y coge uno. Me muestra un dibujo esquemático de una oreja en la que se alojan miles de dibujos de órganos.

- Eso sólo oleja. E mucha cosa, e difisi aplende todo.

Me río y le digo:

- Chan, pero esto tienes que enseñárselo a alguien. Ésto no se puede ir contigo...

Chan se ríe. Yo pienso seriamente en que su trabajo, tal y como él lo hace, se irá con él a la tumba. Y encuentro un sentido a mi vida: me tienen que tocar los euromillones, para irme con un trapo liado en la frente a lo sandokan y decirle a Chan: "puedo hacer lo que me salga del níspero porque tengo la vida resuelta. Maestro Chan, vendré gratis a limpiarle la casa si me enseña su arte, que es una lástima que nadie aprenda lo que usté sabe. Pero una pena. Si me acepta como pequeña gato, daré cera y puliré cera onde haga falta - y ahí inclino la cabeza y junto las manos como las figuras horteras de loza que regalan en la primera comunión- ".

A ver si me tocan los euromillones y a ver qué dice Chan.

Mientras tanto, ahora sé que Ágata Ruíz de la Prada y yo tenemos algo en común: las dos pagamos a un chino para que nos toque en salve sea la parte. Tela marinera.