Como flotador abandonado en piscina

Jota y yo nos encontramos anoche aparcando en la calle paralela a la de casa.

"¿A éstas horas llegas?"
" A éstas horas llego"
"¿Y éso?"
"Pos he salío tarde, me he parado a ver a la Perlita que no la he visto y me he parado a comprobar la presión de las ruedas en la gasolinera porque me cimbraba el trucu-trucu al venir"
"¿Y qué presión le has puesto?"
"La que tenían, la que me puso el chico de la gasolinera: dos cincuenta"
"Nena, eso es mucho. Tiene que ser menos"
"Yo qué sé, es lo que me dijo el gasolinero. Y éso cómo se sabe si no"
"Abre la puerta"

Maravilloso. Existe una pegatina en el perfil de la puerta del conductor que en mi trucu-trucu indica que la presión de las ruedas es 2'2. Me paso de tres.

"Tienes que desinflarlas porque eso es fantástico para que patines, ¿sabes?"
"Vale, las desinflaré"

Qué gafe.

Esta mañana se ha levantado el cielo ceniciento, llovía discretamente cuando iba hacia el trabajo. Y cuando he entrado en la rotonda para entrar a la autopista, a treinta, en segunda, he patinado a cámara lenta. Afortunadamente no venía ningún coche detrás de mí, y los que iban a entrar en la rotonda han esperado, pero he dado un giro de 180º hasta quedarme en contradirección en mitad de la rotonda. Del susto he soltado el embrague y he tenido que volver a arrancar. Me he apartado durante medio minuto en la misma rotonda, pensando razones mecánicas del fallo y para decidir si entraba en la autopista o no. Y al final he venido al curro a la velocidad de los sexagenarios y manteniendo una distancia de seguridad de 300 metros. Acojonaíta.

La aventura me ha dado para otra experiencia con el género masculino en una gasolinera nueva.

En el poste de "AIRE" hay una manguera, un reloj gordo y un botón rojo y otro negro. No toques el rojo que explota. Y decido que voy a pedir ayuda.

Mientras me acerco, uno me grita "¿Quién de los tres quieres que te ayude?" "Venid los tres conmigo hombre, que soy mu torpe". Llegada a su lado, les explico la duda: "¿Cómo se desinflan los neumáticos?"

No me lo explica. Pero es en estos casos en dónde una mujer no debe demostrar mayor capacidad en pequeñas cuestiones técnicas de la que un hombre, en este caso, gasolinero, te supone. Porque como piensa que soy medio lela y no lo voy a entender, me acompaña -mientras yo le cuento la película del otro gasolinero que me las infló de más y que esta mañana he hecho aquaplanning-. Me lo explica in situ como si fuera un parvulario, y aquí viene lo bueno: LO HACE ÉL MISMO... "no hace falta que te manches".
Soy tonta y me mantengo limpia.

Desde aquí, quiero dar las gracias a todo el género masculino. Por la cortesía. Por bajarme el carro de la compra por la rampa del súper cuando se nota y prevé que me voy a dar una hostia y voy a acabar con un puerro incado en un ojo. Gracias por limpiarme el coche en un autoservicio de pistolas de lavar coches -habéis leído bien: autoservicio-, gracias por inflarme las ruedas (aunque sea en exceso, lo que cuenta es la intención) y por desinflármelas luego.

Estáis todos tontos, pero sois tan guapos...