viernes, 2 de junio de 2006

Eje del mal reunido

Esto es una vergüenza. Estoy en la oficina a éstas horas. Pero no me voy a ir sin cumplir con mi parte:

El eje del mal se reunió anoche en el cuartel general, la casa de la Perli. Yo volvía de un seminario superultramegacasposo en
Son Vida, para el que me había ataviado con mis mejores galas ejecutivas (pantalón negro de sastre, camisa negra barata pero resultona y chaqueta de oferta), disfrazada y monísima de la muerte. Si uno va a ir un seminario tope in de recursos humanos, dispuesto a codearse con los jefazos de recursos humanos de otras cadenas hoteleras, tiene que representar a la empresa y transmitir con su imagen "PUES YO MÁS". Quedé bien, que conste.

Luego arrastré la vestimenta el resto del día, y en la calle de
la Perli, que vive enfrente de un bar de puretas, daba el cante como un inspector de sanidad. Qué le vamos a hacer. Nos fuímos a tapear y la Perlita tenía un problema: todo su interés estaba puesto en la tapa futura. Ella no miraba las que le pasaban delante sino que vigilaba las que venían desde enfrente, para empezar a ensalivar como un perro. Obviamente, en ese estado de entrega a la comida, no podía mantener una interesante conversación sobre sexo con la Mary, , ni hablar de música, ni del Dj Kalvo, ni de nada. Optó por quitarse las gafas y muerto el perro acabó la rabia.

Luego las llevaba en mi superbuga, Mary Chirla me preguntó:
- ¿Llevas las luces puestas?
- ¡¡¡Hotiá, no!!!
- Entonces era eso lo que decía el policía...

Despistes los tiene cualquiera
.

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