domingo, 26 de junio de 2011

El cuento del elefantito y las bragas

No debería tardar tanto en postear. Porque al final siempre acabo contando lo peor de mi, y de verdad que no soy así todo el tiempo.

Dedico este post a mi elefantito nuevo, por ser una monada:


¿Verdad que es bonito, haciéndole su homenaje a Dumbo con la pluma en la trompita levantada?


Hale, y ya que he presumido de elefante, os cuento lo que me pasó el día en que lo estrené.


Llegué a mi despacho, el de cristal, con el que todo el open space de los güevos pudo apreciar mis bragorcias de color rosa fuxia. En previsión de futuros accidentes para mi reputación y de riesgos laborales para mis ojos (en trabajo de escritorio, la luz natural debe entrar siempre por el lateral), me rebelé contra la tonta de la decoradora del despacho y me dispuse a girar mi mesa.


El mueble no estaba diseñado para esa otra posición, los enchufes y conexiones de teléfono e internet iban a desmano... pero un gato giró su mesa y se dispuso a arreglar todo el cableado del puesto lo mejor que pudiera. A partir de ahora, nadie me vería las bragas -excepto Rebi, Moira, el médico, mi depiladora, cualquier amiga que viniese a casa...- ¡NADIE!


Y así anduve afanada en cuclillas, improvisando presillas con trozos de celofán para evitar que se me enredasen en las ruedas de la silla. Cuando hube terminado, nos levantamos satisfechas. Las dos. Mi falda ligera y vaporosa, enganchada en la puta trompa del elefantito que colgaba de mi cuello, y yo.


Casi rompo la tela al tirar de ella para devolverla a su sitio.


Sí, me ha dado por enseñar las bragas. Otros juegan al warhammer 40.000.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

:D Cosas que pasan... Te aconsejo que solo lleves a trabajar tu mejor ropa interior, al menos ¡qué se vea que tienes arte! jajajaja

ánimo! y la próxima vez, disimula y haz ver que lo has hecho a propósito :D

Adalias dijo...

Tengo especial cariño a los/las stripper.

En mi demencia solo he deseado que un Gato estuviese al día con la depilación XD

¡¡Precioso elefantito, por cierto!!

Er-Murazor dijo...

El elefante mola. Si todos tienen las mismas costumbres con la trompa, tienes que decirme dónde los venden para regalarles unos cuantos a mis compañeras de trabajo :p