sábado, 6 de noviembre de 2010

Flashback, pero back back

Anoche Be me acompañó a la inauguración de un garito pijo con camas y copas a 10 y 12 euros; pero fuímos allí porque entrábamos gratis con una invitación de Mateo. Este Mateo.

Cuando le conocí, tenía cuatro años, una cantidad de mocos que me hacía gastar un paquete de kleenex por tarde, y un desparpajo que me hacía reír y morirme de vergüenza a partes iguales. Cuando Mateo conoció a un gato, ella llevaba vaqueros y camisetas raídos y botas militares o sandalias (lo del entretiempo no tenia ningún efecto en mis pies, hasta que me helaba o hasta que me cocía).

Hoy, Mateo tiene veinte años, mide dos metros, se ha convertido en un guaperas; estudia perriodismo y hace trabajos de modelo para sacarse unas perras. Un gato tiene treinta y tres, está parada, cambió las botas militares por tacones y presenta proyectos como freelance para ver si la suerte se digna a hacer acto de presencia*; son amigos y residentes en Madrid.

Y en un rato, con Be de testigo, se encargó de recordarme cuando rompí la termomix de su medre en unas vacaciones (dramón de aquel año, yo lloraba y los niños abrazados a mí); de cuando le quemé sin querer la mano con la ceniza de un cigarro; de cuando una ola de poniente arrastró la parte de arriba de mi bikini.

- Nunca olvidaré ese día.

- Sí, claro, te enseñé las tetas a la vez que a tu padre.

- No seas modesta, Gato: te las vió toda la playa.

Me recordó como escondía la comida bajo los bordes del plato (y cuando creía que había terminado y le dejaba ir a dormir, retiraba el plato; entonces aparecía el reguero de bolas de carne resecas, formando el círculo perfecto del o que había sido un plato encima de la mesa). Cómo tenía que hacer que se callara cuando decía cosas como: "Gato, esa vieja tan fea ¿por qué tiene las cejas pintadas?", o, a la canguro gordita de los vecinos de encima de la playa "Sandra, qué chichitas más monas te salen por la espalda", o "Gato, tú atraes a los hombres como las moscas van a la mierda"...

Y anoche discutía con Be, sobre los medios y la ética periodística, y mientras un gato le miraba de perfil ; la música house con que nos castigaban se deslizó a algún lugar oculto de mi cerebro, y volví a ver sus ojos de niño, cuerpecillo enano y su pequeña boca se abrió para dar paso a su voz infantil, llamándome por mi nombre como entonces.

Luego, me hizo bailar el duduá con él sobre una de las camas del garito (quien nos viera, lo flipó, aparte de Be, que nos hizo un vídeo) y nos decojonamos igual que el día de su comunión.

Oh, su comunión. A los pocos días, se dejó al sol una cámara de fotos que le habían regalado. Su hermana la vió y le dijo "Está muy caliente, la has roto!!". Mateo sabía lo que tenía que hacer. Metió la cámara bajo el chorro de agua fría para enfriarla. Entonces un gato le vió en el fregadero y le gritó:

- ¡¡NOOOOO!!

Mateo salió corriendo sin cerrar el grifo y fué a esconderse en el garaje de los abuelos. La compuerta estaba a medio abrir, y al correr se dió con ella en la cabeza. Y se hizo una brecha en toda la cocorota. Nunca batiría el record de su primo (quiero recordar que fueron 47 puntos en la cabeza, de un calamonazo en aquella misma casa), pero oye, una de puntos siempre es una herida de presumir.

Pero sobre todo me acuerdo de un despertar. Siempre se despertaban pronto y me llamaban a mí para desayunar y poder ver la tele. Pero un día un gato se despertó porque un pequeño salvaje saltó sobre su cama, y sentándose en su barriga, empezó a golpearle con una bolsa de papel vacía y ruidosa en la cara:

- ¡¡Despierta, despierta, Gaaaato, despieeeertaaa!!

Jodío niño, la de cosas de las que me acuerdo... y las que habré olvidado ya.

* La suerte (pero la mala) hizo acto de presencia y nos quedamos sin agua caliente diez días, se estropearon el teléfono, internet, la electricidad de la habitación y el desagüe de la lavadora, inundándonos la cocina. Adalias me recomendó un búho en mi puerta. Be dijo oído cocina y Lorz cocinó y me hizo un buhíto de Chershire que es una monada. ¡¡Mil gracias!!

10 comentarios:

Hacha dijo...

Jaaajajaja!!!Qué fuerte Mateíllo...todavía debe de estar rodando por casa una cinta de videocámara confiscada...por compincharse con sus primos para bajarme el pantalón vaquero y grabarme el tanga!!!Y otra vez me quitó el móvil y llamó a un programa concurso para comprobar que era de verdad una estafa, como yo decía. SÍ, LO ERA. Hum...debería pedirle responsabilidades ahora que es más importante que yo, jajaja.

Mateo dijo...

Dios miooo!jajajajajajajaajjajajaja ese soy YOOO!!!jajajaja que gran noche Gato, no sabes lo bien que me lo pasé!pero he de decirte que la noche no terminó en el garito pijo de las camas eh!la noche continuó hasta las 8 de la mañana en una discoteca cercana!me alegré mucho de verte y de recordar tan viejos y buenos momentos (bueno me imagino que sólo para mi!) me subscribo a tu bloG! me han encantado las dos entradas de las que soy protagonista!podriamos escribir miles y mieles de anecdotas pero las que ha destacado son las mejores sin duda! espero volver a verte pronto!un besazoOO!

Gato dijo...

Hacha, ¿hay documento gráfico de éso? ¡¡Qué fuerte, quiero verlo!!

Mate, ya, ya he visto que tú cuando trasnochas, trasnochas de verdad (como la española cuando besa). Yo también me lo pasé bomba, pero como estoy mayor y me cruje la rodilla, la próxima vez quedamos para cañas y tapas, ;D.

Besos!

Speedygirl dijo...

Pues claro, si la cámara está caliente, ¿qué mejor idea que meterla debajo del grifo? Si es que lo niños tienen siempre ideas brillantes.. XDDDDDD

Perlita de Huelga dijo...

¿El insigne Mateillo es ahora un modelo de dos metros y futuro periodista? ¡Pero qué les haces, Gato!
Mateillo, lo de trasnochar hasta las ocho sólo se hace hasta los 25 años. Luego tu cuerpo degenera y eres incapaz de mantenerte en pie a esas horas si no es para ir a trabajar.
¡aprovecha tú que puedes!

P.D. ¡Cómo se te ocurre estudiar periodismoooooo!!!!

Biónica dijo...

Metiendo la cámara en la nevera pringaba menos xD.

Sí, yo también he tenido ideas de bombero. Y tengo xD

Adalias dijo...

Jajajajajajaja
Esas formas de despertarse son de las mejores;)
Estas cosas si que nos hacen sentir la edad;)!!!
Un besazo!

PD. Espero que el búho haga su trabajo y que la mala racha acabe:D Suerte!!!

Hacha dijo...

Buah!Seguro que tengo la cinta en el altillo de casa...sólo hace falta dónde verla, jajaja. Vaya tela y vaya cabr...niño encantador, decía :)

Anónimo dijo...

I’m having a small issue I can’t get my reader to pickup your rss feed, I’m using google reader by the way.

thanxx
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mjjulieta dijo...

dice la tele en este instante que "la memoria es el disco duro vital".

tener recuerdos así es como un salvavidas de la emoción.
un besi.

PD: a mí tamb me ha dado por los búhos últimamente, pero no he tenido tanta suerte como para que me los hayan regalado.
ta luego!!