jueves, 24 de diciembre de 2009

Judean History X, hegunda parte

La luna fue subiendo en el cielo, y ya estaba bien alta cuando divisaron las primeras casas. En la primera posada que encontraron, Hosse entró a negociar a la recepción.

- ¿Hay habitación para mí?

- Sí, pero está el fantasma de las bragas rotas.

- ¿Eng?

- Que sí, que sale por las noches y ahuyenta a los clientes.

- ¿Tú eres el recepcionista de verdad? Mira que el día de los inocentes es dentro de cuatro días, majo.

- Perdone, señor, soy el Night Audit.

- ¿Naigqué?

- Nigh Audit. Es mi cargo desde que el hotel ha sido comprado por Judea Golf & Spa Resorts.

- ¿Y antes eras...?

- Conserje de noche.

- Ammmhá. Vale. Mira, que tengo a la parienta preñá hasta los ojos y necesitamos una habitación para dormir.

- Son tres denarios la noche una habitación doble con derecho a baño compartido, tres denarios y medio la doble con cama de matrimonio y aseo propio, y cinco denarios la Suite Deluxe, con baño propio y jacuzzi.

- ¡¿Tres denarios?! Pero si éso es lo que cobro yo por amueblar una cocina entera, cortada a sitio, oiga, ¡y lacada que la entrego!

- Y a mí qué. Tres denarios o no hay habitación.

En ese momento entra un centurión con una golfa agarrada de los hombros, apestando a vino. No paran de reírse mientras él pierde la mano en su escote, pero finalmente la saca para llevarla a la bolsita de cuero que lleva en el cinturón. Pone cinco denarios sobre el mostrador y el recepcionista les da una llave sonriendo:

- Habitación 35, su favorita. ¿Desean que les acompañe, señor?

- Guárdate el denario y deja de lamerme el culo, chaval. Pero procura que nadie venga a quejarse porque esta zorra - le pega un cachete a la chica, que lanza un chillido- se ponga a gritar, que es lo que va a hacer en cuanto la coja por banda.

Hosse mira al suelo avergonzado. No tiene ni tres dinares, ni uno, y además no puede dejar que su dulce esposa pase la noche en un lugar así. Sale y Mari está con las mejillas arreboladas, sonriendo con un gesto raro.

- Mari, no podemos pagar este hotel. Vamos a buscar otro.

- Pues vamos a mirar dónde me puedo sentar un poco, porque yo no puedo más con mi alma, y estoy arrecía de frío. Si quieres me quedo con el burro por aquí detrás, que he visto que tienen pesebres, y cuando encuentres algo me avisas...

Encuentran un pesebre con hueco, sólo con dos animales. Hosse piensa que es un buen sitio, porque además los animalitos darán calor. Busca un poco de paja limpia, coge una manta del burro y le prepara una camita a Mari para que espere mientras él va en busca de alojamiento.

1 comentario:

mjjulieta dijo...

hola gatito:
sigo poniéndome al día, con lo que te diré que este post es más especial.
sólo deseo que ningún nquilino del establo tuviera alergia a la paja jejejej
sigo.
otro besito.