jueves, 4 de septiembre de 2008

Reencuentro

Ayer llegué a casa tras el trabajo y Nanür me avisó:

- Arriba está Travi.

El gato subió las escaleras de dos en dos y Travi salió a su encuentro. La abrazó simulando un llanto de enfermo mental y diciendo con tono gangoso "te eyaba de benos, nadie da por gulo gon los tagones en la obicina gobo dú".

Había venido a pasar el cable de internet por toda la casa, y estábamos ahí, que si menéame la guía para ver por dónde sale en esta planta, que si el secreto está en meter el principio suave, que si tú tranquila... Me pidió permiso para entrar en mi cuarto (también hay una caja de teléfono) y le dije que, si no se asustaba, claro. Es que un gato nunca hace la cama. Y dificultosamente la estira.

- No te preocupes, no voy a asustarme.

- Bueno, espera, que si éso aprovecho y quito las bragas sucias.

- Mmhhh... jjj!! Nooo, las puedes dejar...

- ¡¡Animalll!!

Jo, se me saltaban las lágrimas. Solo faltaba el Sebas diciendo una burrada más gorda y era como si estos seis meses no hubieran pasado... Qué nostalgia más grande.

2 comentarios:

Antígona dijo...

Joer, niña, estos amigos que te buscas no son precisamente de los que controlan el difícil arte de la sutileza, eh? ;)

Pero qué quieres que te diga, a mí me gusta la gente directa. Aunque sea en menesteres dónde mejor tocaría no serlo.

¡Un beso!

Gato dijo...

Travi y Sebas están felizmente casados, sólo dicen burradas por placer... y nos reímos todos. Que yo también soy muy bruta, hija...