Por poco no me parte en dos
- ¡Agh! ¡¡Ayyy!!
- ¿Qué le pasa? ¿Qué tiene?
- Aquí, que me duele mucho.
- ¿Ahí donde?
- Aquí - y se señala a un lado del vientre- aquí.
- Pero... ¿Qué es ésto? ¿Qué le ha pasado?
- Pues nada, que estaba yo en la trinchera, y de repente un ruido enorme y entonces ¡¡Ffiiiiiiiiyuuuu!! pues... que me ha pasado una bomba atómica... rozandito... y mira...
La enfermera le mira compadecida, acariciándole la mejilla.
- Lo has debido pasar muy mal...
- Uf, sí, mucho. Desde entonces no me gusta quedarme solo... ¿Te puedes quedar conmigo hasta que me duerma?
La enfermera duda unos instantes. Examina su herida, mira su expresión desvalida, luego su herida otra vez...
- Pues... la verdad es que me da pena que te quedes solo...
- Entonces... ¿Dormirás conmigo?
- No. Digo que me da pena que te quedes solo.
Y continuó el paseo de antes de apagar la luz, entre brazos de convalecientes ondeándose como trigo al viento y peticiones de besos de buenas noches.
1 comentario:
Joer, este tampoco lo habia leido y me ha parecido supercurioso :D
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