domingo, 10 de febrero de 2008

Antropología lingüística

Esta mañana me he cogido un avión y me he plantado en Granada para pasar cuatro días en casa de los de Chershire.

Mi medre estaba haciendo migas cuando he llegado y me ha mandado a saludar a mi hermana Nuevemil en su tienda y a comprar el pan y una tarta o algo así, porque hoy es el cumpleaños de Fafo.

Antes de salir, mi cuñado me ha pedido que recogiese a su hija de la tienda, con la instrucción:

- Anda, métele a tu hermana una mijilla de bulla.(1)

Un gato ha ido como niña obediente repitiendo "cinco barras, una tarta sin nata ni nada pesado, una sobrina y una mijilla de bulla; cinco barras, una tarta sin nata..."

En la tienda estaban la sobrina, el sobrino zendajo (2), la hermana, la tía, la prima y el propio Fafo.

- ¡¡Hombreeee, la mallorquinaaaa!!
- ... mijilla de bulla...
- ¿Qué?
- ¡Hola! ¡Tía! ¡Prima! ¡Hermana! ¡Hermano, felicidades! ¡Hola!

Blablabla, bliblibli, enhorabuena que ya me he enterado, de tu trabajo, y del londinense... Al final les he explicado que tenía que hacer un recado en la panadería y Fafo se ha ofrecido a acompañarme.

Tartas no tenían, pero había como un par de bizcochos enormes, uno con chocolate y otro de vetas amarillentas...

- ¿Quién toca? (3)

- A mí. ¿Me puede poner cinco barras de pan?

- ¿Sinco?

- Cinco, gracias.

Se va detrás y me trae una bolsa con cinco barras dentro.

- Mira, que cuando llegues a la casa, las saques de la bolsa. Que están muy calientes y dentro de la bolsa se van a remecer(4). ¿Algo más, querías(5)?

- Pues... queríamos saber de qué es el dulce que hay ahí.

- Eso es cuajada de carnaval. Es tradicional de Granada, - por lo que se deduce que el gato ya no parece granaína. Soy una apátrida- y se hace con lo que sobra de los dulces de navidad, los mantecados, los polvorones...

Sólo de imaginar el sabor de una cucharada de éso en la boca me he acordado de los cuarenta días de ayuno en el desierto y de las tentaciones del diablo y he sufrido una alucinación psicodélica en que botellas de lanjarón con su termosellado exclusivo bailaban a mi alrededor pero no podía beber de ellas. He mirado a Fafo y el ha dicho:

- La de chocolate.

- Vale - y a ella- nos quedamos con el trozo que queda de la otra.

Ella lo pone en el peso y empieza a explicarme:

- Esto no lleva ni colorantes ni conservantes; que si tiene que ponerse duro, se pone (6);- y continua mientras lo envuelve en papel- y si ves que te va a sobrar lo pones en una bolsica. Se quedará más traspasaíco (7), pero los filos se pondrán menos duros.

Hemos salido y le he preguntado a Fafo:

- Oye tú, qué pasa cuando un dulce se traspasa.

- Pues no sé. Pero sí sé lo que es trasponerse

- Si te quedas traspuesto es que te quedas dormido, ¿no?

- No. Cuando tienes que ir muy lejos a un sitio, no vas: te traspones. Por ejemplo, "ah, eso tienes que irte por el Triunfo, y sigues por la calle de arriba y te traspones en la plaza de toros" (8).


(1) Mijilla es una unidad de medida de difícil precisión para definir pequeñas cantidades de objetos directos concretos o abstractos. Bulla significa de modo habitual ruído de voces o algarabía, pero como objeto directo junto al verbo dar(se), o como objeto indirecto relativo al verbo meter, cambia su semántica a prisa o premura. Aquí viene a significar díle a tu hermana que se apresure un poco.

(2) Dícese de los parientes y relativos lejanos: ej. éste y yo somos primos zendajos: su mae es prima segunda de mi pae.

(3) Contracción de la expresión original. La persona que ha de contestar no toca nada ni a nadie, pero bien es sabido que por efecto del calor, en el sur de España se ha generado una simplificación del lenguaje de uso común para evitar esfuerzos innecesarios. Aquí se han suprimido la preposición "a" y el pronombre personal "le".

(4) Proceso físico por el que el pan puede degradarse y perder sus propiedades óptimas de cocción y humedad.

(5) El granaíno utiliza la hipérbaton de modo común. Que tiene mucho arte.

(6) De nuevo utiliza una figura literaria: aliteración para un bizcocho. Porque él lo vale.

(7) Proceso de naturaleza física, y puede que hasta química, por el que un producto elaborado de horno se ... remece o algo así... creo...

(8) Del latín, transponere (poner en otro lugar), unido al pronombre reflexivo "se" aludiendo al cuerpo de uno mismo, tenemos esta joya lingüística.

Nota del autor 1: Lo he flipado cuando se me ha ocurrido buscar significados de ponere y transponere en latín.
Nota del autor 2: más lo he flipado cuando lo he buscado en la rae.
Nota del autor 3: ¡¡¡Gracias Antoñita!!!
Nota del autor 4: Os debo un meme chispas.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bueno gato! Shorreone de lágrima trasponen mis mejillas....


...y eso que yo soy andaluz.

querida_enemiga dijo...

Suerte del glosario, nena. No me enteraba de nada. Disfruta de tus días libres. Besos.

E. Martin dijo...

Ah, ¿no era "una barra de pan, un litro de leche y man-te-quiiii-lla"?

Anónimo dijo...

Me han llegado a la mente, y llenado de emoción, palabras como rosetas, zarcillos o saquito.

¡Viva Graná!

Chirla

Perlita de Huelga dijo...

jaajja República Independiente de Graná ya!

Anónimo dijo...

¿y no te quedaste arrecía?

Achab dijo...

Pues yo, cuando me transpongo me quedo frito

Anómalo dijo...

Qué linda realidad plurinacional, cohoneyá.

Anónimo dijo...

Se te ha olvidado que es el Trunfo, ya de ahi traspones pa la plaza de Toros prenda...