Euromillón

El gato ha vuelto a hacer una entrevista de trabajo. Bueno, es la segunda de otro puesto de trabajo supermegachachi de esos que tiene el nombre del cargo en inglés y acaba en mánayer. Y parece que no ha ido mal.

Peeero, pero como siempre tiene que esperar. Porque el gato no es un candidato finalista… es un relleno de glamour para las selecciones chachis, como los polis feos a los que les toca meterse en ruedas de identificación de sospechosos. Siempre está preseleccionada. Pero al final no la contratan.

Es lo que tiene ser medio lista. El proceso sigue la siguiente secuencia cuando una es medio lista: la parte medio lista pasa la primera parte de la selección. Y debe ser que la parte medio tonta toma la batuta a partir de la preselección, porque no hay manera… Pero mientras llega la eliminación, acontece un complicado proceso de fantasía y delirios que consuelan el alma: lo que yo llamo el momento “euromillón”.

El momento “euromillón” es el rato más o menos largo en el que uno se permite soñar con una situación altamente improbable pero muy simpática. “Si me toca este viernes me compro una casa en la montaña, me compro treinta pares de zapatos chachis, me voy a la India tres meses y me hago la depilación láser.”

Con los trabajos pasa lo mismo. Piensas: si me sale este trabajo doy los quince días. Y disfruto los quince días de vacaciones que me quedan. Osea: que agarro al capullo del director general y le digo “esteeee, que me voy. Además, que me voy ahora. Volveré en quince días a recoger mi talón y despedirme de vosotros. Me voy que llego tarde a mi casa que se me pegan las lentejas. Que la patata caliente que es mi trabajo se la des al primer pardillo que te mande un currículum, y le desees suerte. Ah, y que sepas que eres la peor persona con la que he trabajado jamás. Ah, y que eres un cutre. Ah, y que tus camisas y jerseises amarillos son espantosos, que es una vergüenza que vistas así con tu cargo. Ah, y que eres un alcornoque y por eso castras a todos tus empleados. Ah, y se me olvidaba decirte que tu devoción por la Macarena se llama idolatría de las imágenes y es herejía desde hace siglos, porque eres más malo que un dolor y eso no tiene nada de cristiano. Que una Semana Santa de estas la virgen te va a echar cera caliente en los ojos y te va a incrustar los claveles en orejas nariz y la boca y va agarrar una columna del palio y te va a arrear con ella en la cabeza por ser tan mala persona. So malo ”.

La última vez, intuí en la segunda entrevista que no me cogerían. Esto me provocó un cataclismo emocional y me mandó directa al Cañero. No fue pena… fue la sed de venganza insatisfecha. El rencor, que es muy malo.

Esta vez me mantengo a la espera. Pero me está costando mantener la fantasía “euromillón” a raya.