miércoles, 7 de noviembre de 2007

Empieza en mudanza y acaba en gusano.

¿Qué es? Pues uno de mis terroríficos posts kilométricos. Porque ¿pa qué voy a actualizar poco a poco, pudiendo joder al personal con un solo post ilegible?

Pues eso, que el gato se mudó de casa. Ahora vive en Saint Mary of the Way, bonito pueblo de la geografía mallorquina. Fue uno de los más afectados del temporal (el primero, el chungo) y de ahí salió el nombre de la nueva casa:

“Ca S’Olivera en Remull”

Porque mirad cuánta poesía…







Esas hojitas de olivo acuático, ese reflejo verdoso del agua… A menudo las libélulas danzan sobre ella para beber…




Pero ésto es lo que hizo la tormenta.




Y ésto. ¿Veis esa mesa blanca? No es que el vecino tenga mal gusto decorando el jardín. Ha puesto la mesa junto a la valla para ver si algún vecino pasa, la conoce y se la lleva. Apareció en su jardín el día de la tormenta, pero no es suya. Y uno de sus perros salió volando por encima de la valla. Afortunadamente sólo fue el susto y no le pasó nada más…


El caso es que llevaba un mes aquí y aún no habíamos recogido las ramas que se habían roto. El sábado le entró la vena campesina y se puso a llevarlas al huerto. En éstas estaba cuando encontró una carreta con dos sacos de plástico con césped cortado. Estaba mojado de las lluvias y olía mal. Decidió llevarlo al rincón de rastrojos del huerto, pero resultó que la rueda de la carreta estaba pinchada. Así que lo tuvo que llevar haciéndolo oscilar alternativamente sobre los apoyos traseros. Un niño debía hacer rabiar a un pavo en casa de un vecino, porque escuchaba los gritos infantiles y el gulú-gulú-gulú del pavo en respuesta. Una vez al lado del montón de césped viejo, cogió el primer saco. Mojado y podrido, pesaba un quintal. Lo tiró al montón, rasgó el plástico por un lado con la zarpa y lo hizo salir para que el sol lo secara. Hedía, y el gato salió del huerto, cruzó el jardín, entró a la cocina y superando su fobia al agua se fregó manos y los brazos con mistol porque se moría del asco.

Después volvió a por el saco que había debajo del primero. Y entonces se los encontró…allí estaban… el sol los había hecho salir… ¡estaba lleno de gusanos descomponedores chungos del tamaño de un dedo…! ¡¡¡¡ AAAARRGGG!!! Y OLÍA PEOR QUE EL OTRO SACO!!! ¡¡Puagh puagh PUAGH!!


Decidió volcar toda la carreta sobre el montón para no tocar el paquete infecto. Al caer el saco y aplastarse como un puff, el olor se multiplicó. Un gato imaginaba millones de micropartículas apestosas entrando por su hocico y le dieron arcadas. Quizá eran huevos de gusano atomizados pegándose en sus brazos, su escote, su cara, penetrando por sus orificios ohcielosohdiosmíoqueeéaaaaassscooooo!!!

Pero no podía dejarlo dentro de la bolsa. No se secarían nunca. Tenía que rasgarla como la otra y dejar su fétido contenido a la luz del sol… Buscó por los alrededores y encontró una azadilla con pico sin mango de madera. La cogió, y usando la parte aristada, rasgó. Aquello era peor que huevos podridos, olía de modo infernal y dentro, la hierba tenía más gusanos y estaba hecha un pudding de verdín, viscoso y apestoso… enganchó con la azadilla parte del saco por la parte contraria a la rasgada, levantándolo para que la gravedad hiciera salir el puddin con forma de saco por la parte abierta. Pero el maldito plástico cedió. Se rompió, y el gato se salpicó a sí misma con sustancia viscosa y apestosa por el escote, el brazo, la frente y el pelo.



Guardó la prestancia exactamente tres segundos.

Porque al cuarto segundo salió corriendo del huerto y por mitad del jardín, batiendo los antebrazos cual mariposa y gritando a la vez, con un registro tipo tarzán feminizado. No lo recuerda muy bien, porque sufrió un shock anafiláctico de asco, pero cree que gritaba “UOOOUUUOOOOUUUUOOOAAAARGGGHHHH QUÉASCOQUÉASCOQUÉASCOOOOOO!!” o algo parecido. Aún no ha encontrado dónde tiró el azadín. Tiró las gafas sobre una hamaca. Abrió la manivela de la manguera y se regó el brazo, el pecho y la cara. Tenía tanta prisa por quitarse la sustancia viscosa y asquerosa de la cara y el pelo que se auto infringió un manguerazo por la nariz que le llegó al cerebro, y el flequillo se le quedó como en “Algo pasa con Mary”. Si algún vecino vió a un gato en esos minutos todavía lo debe estar contando.

Poco después Nayuana y Nanür Dominatrix, las habitantes de S’olivera en Remull, llegaron de la compra; y al contarles la historia con los gusanos, le dijeron al gato que no hacía falta que se molestase tanto con el jardín… pero lo decían descojonadas...



Nota del gato autor: paradójicamente estoy posteando desde la Gata Perlada mientras la Perli me hase una'mburguesa dessas con queso y sebolla que no se la sarta un gitano...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que ascoooo! me acabas de levantar el estómago para todo el día (y no lo digo por el queso y la cebolla)

Eva Luna dijo...

Diooooooooooooooos, que mega ascazoooo!! yo lo dejo abandonado y llamo a alguien para que se lo lleve, a quien no se, pero alguien se apiadaría de una rubia tonta e indefensa,....jiji.
besos guapo minino!

Anónimo dijo...

Joer, segun lo estaba leyendo te imaginaba rompiendo los sacos y encontrando una mano o algo asi dentro de uno de los sacos...hubiese sido de infarto, pero... seria el mejor post ever.

P.D.:Aun asi, mu chulo el post
P.P.D.:No tardes tanto en actualizas, plis.

Anónimo dijo...

Joer, segun lo estaba leyendo te imaginaba rompiendo los sacos y encontrando una mano o algo asi dentro de uno de los sacos...hubiese sido de infarto, pero... seria el mejor post ever.

P.D.:Aun asi, mu chulo el post
P.P.D.:No tardes tanto en actualizas, plis.

querida_enemiga dijo...

Joooolín, qué asco.

Gato dijo...

Sólo de leerlo os ha dado asco, pandilla de blandos... ¡¡aquí os quería yo haber visto, valientes!! ¡¡como yo estuve, que aguanté como una campeona... más o menos...

Rebilated, cualquiera sabe qué me puedo encontrar en el huerto de Nayuana y Nanür, que tras su máscara de dulces igual son como las tiítas de "Arsénico por compasión"...