Como Rambo
Salí de la reunión que diría qué va a ser de mí en esta empresa con cara de "muerte y destrucción". En la oficina me miraban todos: se ve que habíamos levantado la voz en algún que otro momento.
Así que las cosas laborales de Gato se han centrado definitivamente. Antoñita me ha iluminado y voy a actualizar mi currículum.
Edu se acercó a mi mesa por detrás. Me tanteó con los dedos los nudos de la espalda y me colocó un Twix encima del teclado.
- Toma, mi amor. Chocolate.
Me reí, aunque la ceja izquierda no baja cuando estoy con un mosqueo tan interesante. Entonces añadió:
- ¿Estás bien? No te ví buena carita al salir.
- Pues... sssí. Ahora ya sé qué tengo que hacer.
- ¿Sí? Es que hace unos días que te veo como Rambo
- ¿Eh? ¿Como Rambo?
- Sí, niña. Sola y cabreada.
Si no fuera por todos estos hubiera petado antes. Lástima tener que dejar a estos compañeros...
9 comentarios:
yo te recomiendo el cuchillo. La ametralladora es rápida, pero desahoga menos.
Actualizar el currículum? Entrevistas de trabajo?
Que la fuerza te acompañe, querida.
Actualizamos el encargo de Antoñita?
Achab, no voy a entrar en una guerra cuyo único fin posible es mi desgaste... Ahora, aceptamos cuchillo como fantasía violenta reconfortante.
Querida, falta me hace. Aunque ahora va a estar todo paradito. Primero un cambio de chip donde estoy y después llegará el tiempo de las entrevistas...
Be... no sé... con Antoñita es mejor pedir las cosas sin dirigir expectativas, ¿no?
Gato, considera el subtítulo del blog.
Por algo lo pondrías ¿no?
Vaya, Martínez, vaya. Es un mantra.
Gracias por el apoyo, a todos...
Jaja. Ahora me toca a mí: ¿cuálo?
Eh, que lo de mantra lo he aprendío yo aquí en los blogs. Una cosa rollo hindú que se repite, tipo "ooohhhmmm" pa llegar a la paz intelectual o algo así...
Si es tipo "ooohhhmmm", vale.
Yo, en serio, lo que te deseo es que te vaya todo muy bien.
Dicen por ahí que las prisas son para los toreros malos.
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