Cago en to lo que se menea

Y no nos dejan en paz, oye. Ahora, la Perli está de viaje, pero cuando vuelva se lo encontrará. Anoche me encontré un pedrolo de escombro en la cocina: debió de chocar con la ventana y colarse. Suerte que no se cargó el cristal.

Pero hoy llevo una mala mañana. Me he despertado a las seis y me costaba volverme a dormir. Y estaba entrando en mi duermevela, cuando, a pesar de los tapones en los oídos, me ha despertado un ruidazo. Nada. Hijos de puta, ya están otra vez. Los albañiles.

Así que hoy he descubierto que no tenemos una, sino dos obras. Una encima y otra encima del piso de encima. Hoy me han molestado justo los de encima. Y un gato se ha cogido un rebote tal que ha subido en pijama, con sus pelos de Goku, y les ha dicho.

- Buenos días. Soy la vecina de abajo. - así, como con tono de "soy Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir".

Había dos albañiles, y uno con pinta de magrebí, canoso. Me ha dicho "Lo siento".

- Mi compañera y yo no podemos descansar nunca. No pueden hacer tanto ruido. - Y me ha salido un gesto super autoritario golpeando mi reloj con el dedo- Lo siento, pero no se puede hacer ruido antes de las ocho de la mañana ni después de las siete.

El magrebí me ha respirado tragando saliva, haciendo gestos calmosos. Y el gato se ha dado media vuelta, ha tomado las escaleras, ha resbalado con las chanclas y por poco no se ahostia... y ha cerrado la puerta de casa de un portazo. Entonces eran las 07:15.

Hoy llamo a la casera de la risa arcoiris. Me parece que ya está bien, coño...