TAI- CHI

El sábado pasado, en mi último masaje, Chan me terminó de convencer. Y decidí hacer Tai-chi. Pa relajarme. Básicamente, por no volverme loca. Que no estoy lejos, la verdad.

Ya me había dicho varias veces "Gulucholvo viene a hasé ginnasia a Pahma, él bien, mejó con ginnasia". O describiéndome movidas del tai-chi. "Coge, tila delecha, able puhmó, y entonse, ¡Ataque! Puele sentí enelgía en mano. Como ataque, jijij". Las descripciones no me dejaban muy claro lo que se tenía que hacer; pero la palabra ataque no dejaba de tener cierto atractivo animal.

Y ya el sábado... el sábado me dijo: "É difisi, polque no tiene tiempo, pelo yo quiele enseñá hasé ginnasia, tú bien. Pelo mucho tlabaja no tiene tiempo, si no, yo enseña. Malte y jueve ocho y media hase clase aquí e Manacó".

Me cachen los mengues. Que me ha pillao con la consigna chunga. La consigna chunga es la que he tomado de un tiempo a esta parte, en la que cada vez que me proponen algo o pienso alguna posibilidad me digo a mí misma: "Qué coño ¿Y por qué no?" y a menos que la respuesta sea que no me apetece, busco la manera de hacerlo.

Y empecé a pensar. Bueno, cada día de la semana he de ir a un hotel. Al menos uno de los días podría ir al hotel de Cala d'Or y la vuelta me pilla de paso. Bueno, martes y jueves a lo sumo termino a las ocho menos cuarto y sanseacabó. Y voy, que me va a venir bien...

El martes se me hizo tarde. Pero ayer ya metí el pantalón de chandal y una camiseta en el coche, y lo hice. Llegué cinco minutos tarde, pero llegué. Y allí había siete personas con las manos sosteniendo un planeta imaginario que miraban a un gato con cara de curiosidad. Chan me hizo señas para que me acercara y me dijo "Has, tú hase".

Po bueno. Empecé a imitar a aquellos. Quin desastre, tú. Cuando ellos estaban con una pierna adelantada, el brazo izquierdo haciendo la grulla y el derecho ataque, yo me había quedado con los dos pies en medio y sosteniendo una pelota de nivea delante de los ojos. Ni una, tío, no daba ni una. Chan me decía "tlanquila, tú sigue. Tle mese, en tle mese puele sentí enelgía". "No, si ya imagino..."

- Ahola pone mano junta en colasón, ispila y enelgía baja cabesa, cuelpo, pié. Expila y enelgía sube, espalda y cabesa. Aguanta tle segundo blanco, no piensa nada. Aile depasio, intenta... quinse segundo.

- ¿¡Quince segundos!?

- Chan, tío, que yo fumo -y se rieron de un gato. Así me doy a conocer siempre, haciendo el gilipollas.

Luego nos hizo tumbar boca abajo a unos y los otros hacían una movida de energía: manteniendo una mano sobre la cabeza del susodicho, a siete u ocho centímetros, la otra bajaba suspendida muy lentamente hacia el cosis y volvía a subir, tres veces. Luego se hacían círculos sobre la parte alta de la espalda, se llevaban sobre los brazos hacia la cabeza, en donde se cruzaban sin tocarse y se abrían hacia arriba y los lados como una fuente. Chan puso su mano sobre la mía para comprobar. Las manos se calentaban y picaban, y me miró sonriendo: "Siente enelgía, ahola entla en él".

Mola. No me entero de una mierda, pero mola. Además, tener que hacer algo tan despacio me va a venir bien. Aprender a respirar, y a bajar de revoluciones. Cuando un gato se convierta en Miyagui os aviso.