jueves, 3 de mayo de 2007

Alevines Betty Boop

Queridas niñas:

Ésta semana tenemos que hablar de los peligros y posibles efectos secundarios de la hidratación en las piernas. Somos aprendices de femme fatal, no lo olvidemos, y para ello el listón está muy alto. Hace falta tener muy claras nuestras metas, la imagen que queremos proyectar sobre los demás y aprender de toda experiencia que nos pueda dar un feedback de cómo somos percibidas.



Así que prestad atención a tres elementos, que si bien son positivos si son usados individualmente, en conjunción pueden resultar muy perniciosos:


1º- Medias de liga con silicona. Independientemente de la cantidad de deniers que tengan, no siempre son infalibles. Me remitiré al caso práctico.

2º- Hidratación en las piernas. Puede parecer imposible que una piel tersa pueda tener algún efecto negativo sobre nuestra imagen, pero seguid atentas, pequeñuelas, y podréis entenderlo todo.

3º- Zapatos de tacón alto. Hacen unas piernas preciosas, pero es evidente que nuestro modo de caminar queda irremediablemente condicionado por la altura del zapato, y cuanto mayor es ésta, más agresividad se produce en nuestros pasos. Por no hablar de las posibles durezas y callos.

Ahora pasemos al caso práctico. Os contaré una experiencia real, de cuando yo era tremendamente joven y pese a tener un físico más que mediocre, me propuse proyectar una imagen de éxito sexual que potenciase mi autoestima. Qué ternura me producen esos recuerdos. Parece que fuera AYER. Vamos, como si lo estuviera viendo.

Yo llevaba una año y medio trabajando en una cadena hotelera, de cuyo nombre no quiero acordarme. Por la mañana me había duchado a toda prisa, y por la escasez de tiempo, en lugar de mi bodimil del súper, utilicé aceite de ducha al salir.

Luego me puse un vestido de punto por encima de la rodilla, escogí mis zapatos favoritos, y busqué unos pantis finos. Solía tener un gran desorden en mi lencería - gran defecto para una aprendiz en usos de elegancia- de modo que al no localizar ningunos... cogí unas medias con liga.

CRASO ERROR.

Pero tenía prisa, el coche me esperaba en zona azul sin tiquet, y yo en aquellos entonces no tenía un cálculo tan pormenorizado de los efectos de ciertas variables sobre el resultado final.

Ya en la oficina sufrí un par de incidentes caminando por el pasillo que me hicieron acercarme innecesariamente a la mesa de una compañera para subirme las medias a escondidas. Pero el momento crucial llegó más tarde.

Ése día estábamos sin agua en la oficina, de modo que no podíamos usar el aseo. Yo me moría de ganas toda la mañana, pero aguanté hasta que tenía la vejiga más grande que la cabeza. Como una campeona. Tenía el cuerpo que parecía el padre de
"Mi amigo Mac".

Entonces salí de la oficina con Leoncio para cobrar un talón de un anticipo que había pedido. Es que mi economía estaba como mi sensualidad... a punto de florecer pero absolutamente sumergida. Fué después, que ya me hice rica y tremendamente atractiva.


El caso es que salí del banco y sentía que las medias estaban descendiendo levemente hacia la rodilla. Pero tenía una difícil decisión que tomar:


A: Podía ir a una cafetería, pedir un café con leche e ir directamente al baño con la ventaja de poder descargar mi exhausta vejiguilla doliente y subirme las medias, o


B: Podía regresar al coche, subirme las medias y hacérmelo todo encima.


Valoré la doble ventaja de la primera opción, así como la falta de elegancia en la segunda, y me fuí hacia una cafetería. Caminando contra el viento, con unos tacones tan altos que te hacen dar pasos contundentes, y con las piernas perfectamente hidratadas ... LA SILICONA NO HACE NA.


Así que heme allí, en un polígono industrial, entrando en una cafetería llena de tipos con mono azul que me han visto agacharme y subirme desde toda la cristalera de delante a través del vestido las medias para que el encaje volviera a bajar a la rodilla...

- ¿Me puede poner un café?


- Si no hablas más alto no te entiendo


- Un café con leche, por favor.

Dentro del baño evalué cuánta gente podría haber visto el lamentable espectáculo y si funcionaría dejarme las medias subidas hasta la ingle, que no es donde deben estar, pero quizá fuera donde menos me iban a hacer sufrir el resto del día.

Así que, recordad, pequeñuelas, mis alevines de bombas sexuales:

Nunca nunca nunca, pero nunca, os hidratéis con aceite las piernas si habéis de usar medias de liga con tacones.

La próxima semana tendremos un especial de maquillaje: pinturas para seducir sin que parezcas un pendón desorejao. Que realzar los propios rasgos no es lacarse como una puerta.

Y hasta aquí mi lección de hoy en "Alevines Betty Boop"

8 comentarios:

querida_enemiga dijo...

Normalmente, y digo normalmente, no siempre, en los paquetes o cajitas de esas medias te avisa de que no te has de poner crema hidratante, porque si no resbala. Sé que mi advertencia llega tarde. Y sé que no leiste las instrucciones.

Anónimo dijo...

jajaja.jo,q vergüenza.menos mal que HACE MUCHO DE ESO,jajaja.muac

Gato dijo...

Claro, de cuando no era rica ni tremendamente atractiva. Ya ves si hace tiempo...

Hacha, ¿Cuándo te vas a marcar un post invitado?

Achab dijo...

Si que resulta ser complicado ser mujer... los calcetines no dan esos problemas.

Kaoru dijo...

Bueno, al menos no tan ruborosos, pero cuando un zapato decide comerse un calcetín, puede ser una experiencia horrible...

Eva Luna dijo...

No sabes comoooo te entiendo...
creo que tampoco sabes lo que te pierdes de estar en un escenario con esas medias, habiendote untado crema, y procurar que al bailar no se caigan y sobre todo, q no se te note como te las subes...
super diva, como puedes imaginar
ainssss

Gato dijo...

Eva, ¿Me das el módulo de psicomotricidad tú? Colaboración especial en el master Betty Boop...

Kaoru, bienvenida. Cuando todo el calcetín está arrugao en el empeine y vuelve a ese lugar, hagas lo que hagas... jode mogollón.

Achab, por fortuna nosotras no nos pillamos un, como dirían nuestras madres, uno de ésos que los hombres tenéis dos, cuando cruzamos las piernas. Cada uno con lo suyo.

Anónimo dijo...

Gato, esa última observación es cruel; son muy crueles ciertos recordatorios.