Escapada
No sé muy bien qué busca un gato, pero hace tiempo que le apetece escaparse con Leoncio por la isla. Es algo tonto e impulsivo. Hay una rotonda por la que ha pasado varias veces, y en un camino que nunca ha tomado, está el indicador de una población, María, que la engancha. Siempre pasa por allí con prisa, viene o va hacia algún sitio dónde le espera algo por hacer... pero siempre piensa: "un día tengo que ir a María". Y aún no he ido a María. El otro día fui a Biniali, y a Sencelles. Y hoy he ido a Costitx; pero todavía me queda María.
Tengo una excusa para visitar éste tipo de pueblos. Son cosas de futuro; un gato es de pueblo y a pueblo quiere volver. Éso me justifica.
Costitx es precioso. Tiene una disposición absolutamente irregular de calles, con muy poco aparcamiento, y como si hubieran tirado las casas desde un avión. Estaba tan tranquilo que daba susto. He aparcado Leoncio en una plaza y me he puesto a pasear por las calles, mirando casas. Muchas tenían la puerta del zaguán abierta, y a través de la puerta posterior, de cristal, se podía ver una mecedora con ropa seca, pendiente de doblar, o la puerta del patio al fondo, abierta, con el sol entrando en el suelo de la estancia. Habitantes tranquilos y confiados. La clase de gente que me gustaría tener como vecinos. El nivel de decibelios era bajo; pocos coches, pájaros, el bar de la esquina del pueblo con los parroquianos charrando mallorquí bien alto...
Me he quedado en camiseta sin mangas ["no es un poco raro, para el mes que estamos, ya tanto calor" (gracias Kiko)] y sólo de pasear tranquilamente se me ha arrebolado la cara. He terminado el paseo sin ver la mitad del pueblo y he entrado en el bar de la esquina. Cutre que te mueres. Había una señora detrás de la barra que, sin prisa, pero sin pausa, iba sirviendo a todo el mundo. Brutota ella, discutiendo sin animosidad, con cada asiduo. Después de cuatro o cinco minutos me ha pedido comanda. Si ahora me voy a la península me mirarían raro al pedir la bebida como hoy: "¿Me podría poner un chandi con limón, por favor?".
Y mientras me fumaba un pitillo abanicándome con un tríptico de una empresa de animación que tenía la señora en la barra, se me ha acercado un señor de unos 60 años. Ojos azules clarísimos, y uno de ellos con todo el globo -que debiera ser blanco- rojo como una amapola. Me ha empezado a interrogar. Que si vivía por allí, que están haciendo una de pisos nuevos, que tal y cual. En estas, la señora ha venido a reñirle para que no me molestase.
- ¿Y qué te importa a tí dónde vive la chica, hombre?
- No se preocupe, no me molesta.
- Sí, pero luego no le preguntes nada a él de su casa, que se hace el tonto y se va para no contestar, ¿eh?
Me he reído y seguía hablando con el señor, aunque su ojo me tenía impresionada. Le he confesado que acababa de ir por primera vez al pueblo, que tenía ganas de conocerlo, y que me interesaba porque quizá con el tiempo me gustaría vivir allí. Pero que no me gustaban los pisos, que prefería una casita de campo o de pueblo, pero con alma. Me ha dicho que allí alquilan muchas, que hay mucha oferta; y que él tenía una alquilada con muchas habitaciones y no era cara. Al final me he lanzado.
- Perdone si soy indiscreta, pero... ¿qué tiene en el ojo?
- Uy, que me hice daño con una rama.
- ¿¡Una rama!?
- Sí, pero no es nada, no me molesta. Veo bien, y no me duele ni nada.
- ¿Pero ha ido al médico?
- Qué va, si no duele.
- Pero hombre de dios, que podía haber perdido el ojo, con la rama-
- Tenía dos botes de gotas en casa, pero las miré y eran caducadas...
- Hay que ver, tendría que ir al médico.
Al final se ha despedido, diciéndome que sería un gusto volverme a saludar. En cuanto ha salido, la señora de la barra ha venido. Yo creía que quería excusarse, porque ha dicho que creía que le faltaba un tornillo o algo. Que el otro día se fue igual, a preguntar a una pareja.
- ¡¡Y luego le preguntas a él, y de lo suyo no cuenta nada!! ¡¡bien que se lo guarda todo!!
Así que he descubierto que a la señora no le preocupaba que el individuo del ojo a la virulé le molestase a los clientes: lo que de verdad la tenía frita era que él fuera cotilla con la vida de los demás sin decir ni pío de la suya. Un egoísta de rumores, tú...
9 comentarios:
ay, pobre hombre... lo de la vista es taaaaaaan delicado... ais!!
un besote
pd.- si que hace demasiado calor para la época en que estamos, si... este verano nos vamos a asarrrr!!
Me estoy cagando, tú.¡¡ Y a mí no me gusta la playa, que aquí no hay olas para revolcarse y me salen manchas!!
No es el comentario más fino que te he leído, pero seguramente es el más premioso. ¿Se te ha pasado el apretón?
Me suena María porque, si no me equivoco, de allí era un cantante que se llamaba Lorenzo Santamaría, que no se llamaba Santamaría pero se puso eso porque era de allí, o sea.
Esos pueblos del interior tienen algo, sobre todo en las islas.
Por cierto, esta tarde hemos visto a un amigo que paseaba con un perro como los de la foto de susurro. Mi mujer lo ha tocado y dice que sí, que parece que llevan un jersey que le está grande.
Yo, por cumplir, le he dicho a mi amigo que parecía maricón (él, no el perro). Un tío tan grande...
Martínez, que me estaba cagando de pensar en el calor que va a hacer este verano... Pero fina soy, como el coral.
Pues ahora no sé yo si el Lorenzo Santamaría es de María o de Santa María, que están los dos pueblos aquí...
Y tienes una manera extraña tú de cumplir con los amigos. Martínez el cumplido, rebautizado quedas.
Entonces sería de Santamaría. No me rebautices, que martinez ya es bastante original.Es que un grandullón con un perrillo de na y una correa rosa(dice que el perro es de su hija)se merecía algún requiebro.
Bueno días.
Tu post me ha recordado a un amigo que por desgracia ya no lo es (tenía un carácter que ahora verás) que en más de una ocasión llegó a soltarle a alguno/a cuando le preguntaban simplemente "¿cómo estás?": ¿y tú que quieres, que te cuente mi vida y tú mientras tanto calladito sobre la tuya? Cuéntame tú cómo estás, cojones...."
¿Egoísta de rumores y enfermo desconfiado? En el caso de mi ex-amigo, desde luego lo segundo.
Pues en ese pueblo tienen el mismo concepto de la medicina que en el mío.
Estás planificando la huida de La Gata Perlada... Te estoy viendo, morena.
Perlita, yo no huiría de la Gata Perlada. Pero me gusta pensar a medio plazo, al menos.¿Y tú qué, perlaca del infierno?
Achab, sí. Me dolió, pero se me pasó del aburrimiento.
Antígona, menudo concepto tenía de sí mismo si evitaba mostrarse con tanta vehemencia...
Martínez, cuando un amigo se gana un piropo, hay que dárselo. Adviértele que se olvide de la purpurina, si éso...
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